El jazz “es una fiesta tocarlo”, dicen sus músicos

Oriol Romaní, de la banda Romaní-Mitchell, guió el concierto didáctico para los escolares

Salen los cuatro músicos a escena, las caras de su público muestran cierto desconcierto, como si temieran algo así como el aburrimiento. Suenan las primeras notas y se escuchan suaves susurros y algunas pequeñas risas nerviosas.

Oriol Romaní, Oscar Font, Dave Mitchell y Queralt Camps, los componentes de la banda "Romaní-Mitchell. Swing Serenaders" finalizan su primera interpretación y se escuchan unos aplausos aún tímidos en la sala del Auditorio. Ha comenzado el concierto didáctico que busca acercar el jazz a estudiantes ourensanos, enmarcado dentro del Festival del Café Latino.

El clarinetista Oriol Romaní comienza: "La música de jazz es alegre, es una fiesta tocarla, pero para explicar el jazz el problema es que tiene una historia que hubiese sido preferible no contar". Y se inicia el recorrido por la esclavitud, por la música popular de los negros, por los cantos de trabajo, por la tristeza del blues, "aunque cantado con la alegría de seguir vivos", añade Oriol. Y se intercalan las canciones, y los rostros adolescentes se vuelven más atentos, ya saben que no se aburrirán. Y llegan las canciones religiosas, y ellos, el público, también cantan y hacen los coros: "Dejaré ir mi petate con las armas" ( o algo similar en inglés). Y sienten la alegría. Y sienten la música en vivo. Y le toca el turno al jazz, a la improvisación, a la fiesta. Y para hacerlo entender los músicos del escenario eligen versionar el "Happy Birthday". Y los estudiantes lo entienden. Llega una pequeña parada. Se ilumina la sala. "¿Alguna pregunta? ¿Alguna duda?". No hay respuesta, las caras están expectantes, prefieren que continúen sonando esas canciones que no escuchan nunca. Y así, sin darse cuenta,han llegado hasta Nueva Orleans, hasta la música mítica de esa ciudad. Los músicos ya han conquistado.

Te puede interesar