A juicio por dejar morir de hambre dos perros en Verín

Los agentes del Seprona cuando encontraron a Turco en la piscina ya sabían que iba a ser complicado que sobreviviera. El pastor alemán apenas pesaba 10 kilos y su aspecto era penoso: mal pelaje, deshidratado, con el ojo izquierdo infectado y plagado de parásitos. Ese mismo día, el 13 de julio de 2018, lo ingresaron en el centro veterinario San Roque de Verín. Una semana después hubo que practicarla la eutanasia porque el animal sufría. El descuido y abandono habían pasado factura y sufrió dos hemorragias que empeoraron su estado de salud. Pero Turco no estaba solo en la finca de Queirugás, a la que accedieron los agentes. Allí había otro pastor alemán hembra que estaba muerta. Según el atestado de los agentes, “presentaba claros signos de maltrato y abandono”, infestado de pulgas y garrapatas. Por estos hechos, fueron denunciados los hermanos José Ramón y José Manuel N.G. La fiscal de Medio Ambiente, Carmen Eiró, los acusa de un delito continuado de maltrato animal. Sostiene que los inculpados, que serán juzgados el miércoles en el Penal 2, “de mutuo acuerdo y de manera injustificada se desatendieron por completo del cuidado y asistencia de los perros desde el año 2016”. No les procuraban, según esa versión, comida ni bebida. En un principio, reclama una pena de 18 meses de cárcel e inhabilitación especial para el ejercicio de profesión, oficio o comercio que tenga relación con los animales o la tenencia de los mismos durante cuatro años. Asimismo, en junio, el Juzgado Penal 1 celebrará otra vista por maltrato animal. Luciano G.G., de 79 años, está acusado de golpear con una azada a su perro mestizo de tres años. Las graves lesiones craneales provocaron que el perro muriese. Eso sí, el inculpado lo enterró en su finca, aunque posteriormente fue retirado por Progape para denunciar los hechos. En este caso, la fiscal reclama una pena de 16 meses de cárcel y la prohibición de tener animales durante tres años y medio. Los casos de maltrato animal van en aumento desde 2013 Las denuncias por maltrato animal del Seprona y las protectoras han ido a más. Sustentan la mayor parte de las diligencias de investigación y posteriormente escritos de acusación de la Fiscalía de Medio Ambiente. El aumento de procedimientos penales por agresiones a animales se tradujo en 20 casos en 2019 (el último como estadística publicada). Un año antes habían sido 18 los procedimientos penales y 14 en 2017. Desde 2013, periodo en el que el maltrato animal comenzó a tener presencia en los juzgados, van cerca de 70. Por las salas de vistas han pasado imputaciones de lo más variopintas: gatos asfixiados en agua, ovejas muertas por inanición o hasta gallinas muertas (este último acasos con sentencia absolutoria).