El Juzgado de lo Penal número 1 de Ourense sentó ayer en el banquillo de los acusados a Julio Suárez Rosillo, un conductor reincidente privado del permiso de conducir durante 16 meses que fue detectado al volante por la Guardia Civil de Tráfico hasta cuatro veces en un mismo mes, octubre de 2010.
El encausado, que reconoció los hechos que le atribuyó el fiscal, aceptó ante el magistrado que lo enjuició una pena de multa de seis meses a razón de seis euros diarios por un delito continuado de quebrantamiento de condena, tres meses de prisión por negarse a realizar una prueba de alcoholemia y, otros dos meses de cárcel, por conducir ebrio.
Suárez Rosillo reconoció en la vista oral haber sido abordado en su coche por los agentes los días 13, 27, 28 y 31 de ese mes -en tres de ellos, en la carretera N-525-, pese a que tenía prohibido judicialmente ponerse el volante entre el 12 de febrero de 2010 y el 6 de junio de 2011.
Asimismo, en una de las ocasiones en las que fue interceptado, al requerirle los agentes que realizase la prueba de alcoholemia, el encausado se negó. Según el fiscal, presentaba 'síntomas de embriaguez'.
El representante del ministerio público, a la hora de formular su petición de condena, tuvo en cuenta que el acusado, pese a que es reincidente, padece una adicción a la cocaína y al alcohol que merma sus facultad volitiva e intelectiva.
También apreció al ejercer su acusación que el encausado precisó asistencia médica de tipo psiquiátrico.
Suárez Rosillo reconoció en la vista oral haber sido abordado en su coche por los agentes los días 13, 27, 28 y 31 de ese mes -en tres de ellos, en la carretera N-525-, pese a que tenía prohibido judicialmente ponerse el volante entre el 12 de febrero de 2010 y el 6 de junio de 2011.
Asimismo, en una de las ocasiones en las que fue interceptado, al requerirle los agentes que realizase la prueba de alcoholemia, el encausado se negó. Según el fiscal, presentaba 'síntomas de embriaguez'.
El representante del ministerio público, a la hora de formular su petición de condena, tuvo en cuenta que el acusado, pese a que es reincidente, padece una adicción a la cocaína y al alcohol que merma sus facultad volitiva e intelectiva.
También apreció al ejercer su acusación que el encausado precisó asistencia médica de tipo psiquiátrico.
