Su tramitación se ralentizó la pasada década hasta que recibió un impulso en 2010, pero desde entonces no ha vuelto a registrar avances

Las líneas de AVE a Vigo y Lugo suman dos años de demora

Viaducto de Arnoia, en la línea de AVE a la meseta. (Foto: Marcos Atrio)
El impulso recibido por la conexión ferroviaria de Ourense con la Meseta en el último año y medio contrasta con la parálisis que, en el mismo periodo, vienen sufriendo las líneas de alta velocidad que conectarán Ourense con Vigo (a través de la variante de Cerdedo) y con Lugo.
Así, la tramitación de ambas líneas se inició en el año 2000 y sufrió numerosas demoras a lo largo de la pasada década, hasta que en 2010 volvía a impulsarse, aunque desde entonces prácticamente no se produjeron avances.

En concreto, la conexión entre Ourense y Vigo por Cerdedo acumula 12 años de trámites, desde el inicio del estudio informativo en el año 2000 con un trazado paralelo al actual -siguiendo el recorrido del Miño, por el sur de Galicia-, hasta que en 2003 se decidió una nueva variante, por el norte de Pontevedra. Este informe no se concluyó hasta 2007 y luego se inició la declaración de impacto ambiental, que no se emitió hasta tres años más tarde. No obstante, en 2010 el trazado recibió un impulso con la aprobación de dicho permiso ambiental, la ratificación definitiva al trazado y la licitación y contratación de los proyectos básicos de construcción. Este último trámite, no obstante, no es habitual en las líneas ferroviarias, ya que normalmente se encargan directamente los proyectos constructivos (no sólo los básicos, en los que no se determinan los trabajos necesarios para construir la línea). Este paso introdujo un retraso de dos años en la tramitación y, de hecho, desde entonces no ha habido avances. Los citados proyectos básicos deberían estar terminados desde el pasado mes de marzo y haberse procedido ya a la contratación de los planes constructivos de la línea.

Mientras, la tramitación de la línea Ourense-Lugo también se inició en el año 2000, pero hasta 2010 no obtuvo la declaración ambiental. Sin embargo, ese mismo año, Fomento decidía revisar el trazado, ya que al darse a conocer el informe ambiental se constató que el recorrido entre Ourense y Monforte tendría una sola vía (las líneas de alta velocidad cuentan con dos) y fuertes curvas que situaban su velocidad media en 100 kilómetros por hora, por lo que no suponía más que una mejora del trazado existente, pero no se podría considerar de alta velocidad. Por ello, se encargó un nuevo estudio informativo -es decir, que después de 10 años se volvió a la fase inicial-, que dos años más tarde aún no ha salido.

El resto del trazado entre Monforte y Lugo también presentaba deficiencias. Así, en el tramo más cercano a la ciudad lucense (los 23 kilómetros desde Pobra de San Xulián) se anuló el trazado existente y se decidió volver a realizar un estudio informativo nuevo, que se contrató en 2010 y continúa sin publicarse. El único trazado que se aceptó fueron los 39 kilómetros entre Monforte y Pobra de San Xulián, a los que Fomento daba luz verde contratando los proyectos de obra ese mismo año. No obstante, desde entonces tampoco ha habido avances, a pesar de que dichos proyectos tendrían que haberse terminado en 2011, para proceder a contratar las obras.

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