El lugar que cambió su cara en las dos últimas décadas

A pesar del camino que le queda por recorrer, el Casco Histórico -en su tramo de la Praza Maior a O Posío- ha conseguido evolucionar en las últimas dos décadas.
Del barrio marginal que era a principios de los 90 se ha ido transformando hasta atraer a nuevos residentes o comerciantes hacia esta parte de la ciudad. Tanto Áurea Soto como el presidente de los inmobiliarios, Benito Iglesias, creen que el empujón definitivo para la actividad de la zona podría ser el hotel balneario que se proyecta en la antigua prisión de Progreso y que, a juicio de ambos, contribuiría a atraer tanto a residentes como a comerciantes a este punto de la ciudad. Por el momento, el proyecto aún está sobre el papel y el concurso para la adjudicación de la obra no se producirá antes de que finalice este año.

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