La instalación de estos aparatos aumentó un 70% en los últimos dos años para evitar robos y altercados en negocios y edificios públicos, aunque no todas cumplen con la legislación vigente

Más de 400 cámaras vigilan a los transeúntes en Ourense

Los robos, peleas, altercados y los accidentes de circulación, además del temor a un atentado terrorista, provocan que cada vez halla más cámaras de vigilancia instaladas en la vía pública.
En la actualidad, según los datos que maneja la Asociación europea de profesionales para conocimiento y regulación de las actividades de la seguridad ciudadana (AECRA), hay instaladas en el exterior de edificios públicos, locales comerciales, empresas y calles 400 aparatos de vídeo vigilancia (la mayoría en la ciudad y su área de influencia), una cifra que se queda corta si se compara con los que hay en el casco urbano de Londres, donde hay instaladas unas 1.600 cámaras, según el vicepresidente del colectivo, Jorge Salgueiro Rodríguez.

Las cámaras de seguridad que hay instaladas en la provincia, unas transmiten imágenes a un monitor central, donde quedan archivadas, y otras recogen y graban todo lo que pasa en un radio de 100 metros o más de su ubicación.

Este tipo de aparatos suelen estar en edificios públicos, naves industriales y negocios para, en caso de registrarse un robo o cualquier actividad delictiva, poder identificar a los autores. 'Las cámaras pueden ser una herramienta determinante a la hora de esclarecer un delito', afirma el inspector de Seguridad Ciudadana del Cuerpo Nacional de Policía, Bernardo Caamaño.

Dentro de este tipo de cámaras de seguridad se encuentran las que tiene instaladas el Concello ourensano a lo largo del casco urbano de la ciudad para que la Policía Local regule la circulación y, así evitar a accidentes o atascos.

El grupo de gobierno local también las instaló a finales de julio en la recién abierta piscina de As Burgas para mayor seguridad de las instalaciones. Los aparatos crisparon al PP, que los denunció ante la Subdelegación del Gobierno alegando que vulnera el derecho a la intimidad.

El Ministerio de Fomento colocó otros cuatro aparatos a lo largo de la autovía Rías Baixas, en Ribadavia, Ourense, Xinzo y Verín, para regular la circulación.

La instalación de cámaras en la vía pública aumentó un 70% en los últimos dos años debido a un incremento de la actividad delictiva, según los datos de AECRA.

Pero no todos los aparatos cumplen con la legislación, dado que buena parte de ellos no están señalizados. 'Donde esté instalada una cámara de seguridad tiene que haber carteles para advertir de ello a los ciudadanos', recuerda Jorge Salgueiro, recalcando que esta medida suele ignorarse en la mayoría de los casos 'porque de hacerlo, a lo mejor no se consigue el objetivo que se pretendía'.

La Asociación de profesionales para el conocimiento y regulación de actividades de la seguridad ciudadana organizó el pasado 13 de julio en la sede de la Fundación Caixa Galicia unas jornadas informativas sobre la videovigilancia, tanto en la calle como en el interior de empresas y negocios, pero la iniciativa, pese al número de cámaras que hay en la provincia, apenas tuvo repercusión en la ciudadanía, dado que a su llamada sólo respondieron siete personas, la mayoría profesionales del sector.

Las cámaras son revisabas por las fuerzas de seguridad cada vez que se registra un robo o cualquier otro delito cerca del lugar en que están colocadas. En los últimos cinco años, sus grabaciones permitieron identificar a un ladrón cuando huía por el Puente Ribeiriño de la ciudad, para detener un atracador de la sucursal de Caixanova en As Lagoas, esclarecer cuatro delitos de malos tratos.

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