Un total de 19.172 personas acudió durante el año pasado a las distintas sedes de la asociación religiosa Cáritas de la provincia en busca de ayuda económica para pagar el alquiler de viviendas, recibos de luz, agua y basura, así como para comprar comida o ropa. Los datos fueron puestos sobre la mesa ayer por el director del colectivo, Miguel Pérez de Juan, que advirtió que el número de personas que acuden a sus oficinas aumentó un 33,64% con respecto al año anterior.
El incremento de peticiones económicas obedece, según expuso Pérez de Juan, a la situación de crisis económica, que provoca que Ourense se sitúe a la cola dentro del territorio nacional en el cobro de prestaciones sociales, puesta en marca de cursos de formación para trabajadores y acciones para el fomento del empleo, además de tener las pensiones más bajas.
Cáritas puso en marcha en 2009 un Observatorio de Pobreza en la provincia y Pérez de Juan aprovechó ayer la presentación de la memoria del colectivo de ese año para advertir que en la actualidad 70.581 ourensanos (la provincia tiene un censo de 335.642 habitantes) viven a las puertas de la pobreza -situación de pobreza relativa- ya que sus ingresos mensuales rondan un media de 455 euros, muy por debajo del parámetro nacional, fijado en 758,17 euros. Además, la mayoría de ellos aporta el único sustento económico del que vive la familia, según el director de Cáritas.
'Podemos decir que uno de cada cinco ourensanos vive en pobreza relativa', aseguró, añadiendo, además, que 6.792 ourensanos perciben pensiones no contributivas con un importe medio de 334 euros.
Dentro de Galicia, Ourense es la provincia que peores resultados presenta, dado que, según Pérez de Juan, cuenta con los salarios y pensiones más bajas, hay menos formación de trabajadores y menos prestaciones sociales, así como la falta de servicios e infraestructuras. 'La convergencia con el resto del territorio se presenta muy difícil. Estamos en una provincia bastante deprimida y no va a ser fácil salir de la situación', apuntó, añadiendo que en Ourense hay 25.014 desempleados y sólo 15.500 perciben alguna prestación económica. De los desempleados que hay en la provincia, un 90% tiene más de 25 años y de estos más de la mitad son mujeres.
En este sentido, el director de Cáritas destacó que muchos ourensanos tienen dificultades para encontrar un trabajo y aseguró que desde el año 2007 hasta septiembre del 2010 el número de empresas inscritas en la Seguridad Social descendió un 3,17%. 'En este tiempo, la provincia perdió 340 empresas', lamentó.
Pero la falta de empresas no es el único problema, dado que Miguel Pérez de Juan, explicaba ayer que de las 19.172 personas que pedieron auxilio durante el año 2009 a Cáritas, 190 son mayores que viven en soledad. 'El envejecimiento poblacional en la provincia es de un 209,80%, que es la relación que hay entre la población con más de 64 años y menor de 20', señaló.
Cáritas gastó durante el año 2009 en ayudas a personas necesitadas 1.148.844 euros (816.860 en el año 2008). El perfil medio de las personas que solicitan ayuda al colectivo es el de una familia integrada por dos adultos y un menor, que residen de alquiler. La mayoría de ellas son analfabetas o tienen estudios primarios y sus ingresos no superan los 480 euros al mes, que en un 60% de los casos proceden de prestaciones sociales y, en un 33% de trabajos precarios. El gasto medio de estas familias es de 551 euros al mes y la mayor parte del dinero es para pagar el alquiler de la vivienda.
Cáritas puso en marcha en 2009 un Observatorio de Pobreza en la provincia y Pérez de Juan aprovechó ayer la presentación de la memoria del colectivo de ese año para advertir que en la actualidad 70.581 ourensanos (la provincia tiene un censo de 335.642 habitantes) viven a las puertas de la pobreza -situación de pobreza relativa- ya que sus ingresos mensuales rondan un media de 455 euros, muy por debajo del parámetro nacional, fijado en 758,17 euros. Además, la mayoría de ellos aporta el único sustento económico del que vive la familia, según el director de Cáritas.
'Podemos decir que uno de cada cinco ourensanos vive en pobreza relativa', aseguró, añadiendo, además, que 6.792 ourensanos perciben pensiones no contributivas con un importe medio de 334 euros.
Dentro de Galicia, Ourense es la provincia que peores resultados presenta, dado que, según Pérez de Juan, cuenta con los salarios y pensiones más bajas, hay menos formación de trabajadores y menos prestaciones sociales, así como la falta de servicios e infraestructuras. 'La convergencia con el resto del territorio se presenta muy difícil. Estamos en una provincia bastante deprimida y no va a ser fácil salir de la situación', apuntó, añadiendo que en Ourense hay 25.014 desempleados y sólo 15.500 perciben alguna prestación económica. De los desempleados que hay en la provincia, un 90% tiene más de 25 años y de estos más de la mitad son mujeres.
En este sentido, el director de Cáritas destacó que muchos ourensanos tienen dificultades para encontrar un trabajo y aseguró que desde el año 2007 hasta septiembre del 2010 el número de empresas inscritas en la Seguridad Social descendió un 3,17%. 'En este tiempo, la provincia perdió 340 empresas', lamentó.
Pero la falta de empresas no es el único problema, dado que Miguel Pérez de Juan, explicaba ayer que de las 19.172 personas que pedieron auxilio durante el año 2009 a Cáritas, 190 son mayores que viven en soledad. 'El envejecimiento poblacional en la provincia es de un 209,80%, que es la relación que hay entre la población con más de 64 años y menor de 20', señaló.
Cáritas gastó durante el año 2009 en ayudas a personas necesitadas 1.148.844 euros (816.860 en el año 2008). El perfil medio de las personas que solicitan ayuda al colectivo es el de una familia integrada por dos adultos y un menor, que residen de alquiler. La mayoría de ellas son analfabetas o tienen estudios primarios y sus ingresos no superan los 480 euros al mes, que en un 60% de los casos proceden de prestaciones sociales y, en un 33% de trabajos precarios. El gasto medio de estas familias es de 551 euros al mes y la mayor parte del dinero es para pagar el alquiler de la vivienda.
