SALUD

Masaje a ritmo de Macarena

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photo_camera Los asistentes al taller aprendían la reanimación en adultos y en bebés.

Los usuarios y personal del CHUO tuvieron la oportunidad de aprender a hacer un masaje cardíaco, una maniobra que, realizada a tiempo, puede salvar la vida de una persona que sufre una parada cardiorrespiratoria. 

La muerte súbita por parada cardiorrespiratoria se produce cuando a una persona, aparentemente sana, se le detiene el corazón y deja de respirar. La mayoría de las paradas son extrahospitalarias, es decir, que se producen en lugares tan comunes como un centro comercial, una cafetería o en la misma calle, y en la mayoría de ocasiones un masaje de reanimación cardíaca o maniobra RCP puede salvar la vida de la persona afectada. Ayer, en el Día europeo de concienciación sobre el paro cardíaco, el Complexo Hospitalario Universitario de Ourense quiso acercar la práctica del masaje cardíaco al público en general a través de un taller práctico en el que aprendía cómo hacer ese masaje a adultos y bebés para "resucitar" a un paciente que sufre una parada. La médico de la UCI y miembro de la comisión de reanimación RCP Paula Fernández explicó que para realizar esta maniobra "no es necesario ser personal sanitario, cualquiera puede hacerla y se aprende en apenas dos minutos".

La doctora Fernández destacó que lo más importante es el tiempo: "La muerte por parada se puede evitar en los primeros cinco o diez minutos con el masaje". Tras eso, explicó, es más difícil volver a activar el corazón y, en el caso de reanimar al paciente,"le pueden quedar secuelas"· Tanto los usuarios del hospital como el personal sanitario se pasaron por el espacio habilitado en el vestíbulo del Complexo para aprender o refrescar cómo se hace dicha maniobra. El personal del servicio de Medicina Intensiva del CHUO explicaba, a través de muñecos de simulación, que lo primero que hay que hacer es ver si el paciente respira y le late el corazón. Tras eso, hay que avisar a emergencias y luego proceder a realizar el masaje cardíaco. La maniobra se efectúa entrecruzando las manos y situándolas en el centro del pecho del paciente. A continuación, explicaban, con los brazos extendidos se comprime el tórax "al ritmo de la Macarena" unos cuatro ó cinco centímetros. Las pulsaciones han de ser 100 veces por minuto y cada treinta se han de hacer dos insuflaciones de boca a boca. El proceso debe repetirse hasta que el paciente recupere la consciencia o llegue el personal sanitario. En el casos de los bebés, esas pulsaciones se han de hacer con dos dedos.

Paula Fernández añadió que sólo en un caso de cada cinco la reanimación con el masaje cardíaco lo realiza un testigo y que sólo el 50% de los afectados llegan con vida al hospital y de ellos "la mitad fallece durante el ingreso por secuelas o complicaciones". Es por eso que "si todos supiésemos hacer la maniobra, la mortalidad se reduciría". Actualmente, sólo 1 de cada 46 españoles saben hacerla.

Uno de los interesados en aprender esta técnica en bebés fue David Rodríguez: "Tengo un hijo de dos meses y nunca viene mal saber hacer el masaje de reanimación", explicaba. Este padre asegura que "en un principio da algo de miedo por si le hago daño al niño, pero si le hago daño y va a sobrevivir, no me lo pienso". Al final del aprendizaje, los profesionales entregaban un tríptico informativo y una tarjeta de bolsillo que les recuerda a los usuarios lo aprendido en el taller paso a paso.

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