La hostelería ourensana no encuentra trabajadores. La dificultad para la conciliación, los bajos salarios y la dureza del trabajo han provocado un "éxodo" hacia otros sectores, lo que repercute en el sector. Preocupa especialmente la falta de cocineros, algo que ya ha obligado incluso a cerrar a algún establecimiento.
Mientras tanto y con los reclutadores en pleno trabajo, el gobierno local sigue parado, con el PSOE reflexionando sobre la moción de censura y el tiempo pasando sin remedio.
Todo ello con el precio de la luz disparado nuevamente y los más necesitados sufriendo, tal y como avanza Cáritas en Ourense, que necesita más ayuda para seguir contribuyendo a que estas personas no lo pasen todavía peor.
Más alegres estaban ayer en el Pazo Paco Paz con el primer entrenamiento de un COB que ilusiona, pero que necesita fichajes.