La colaboración entre distintas administraciones hace posible acometer empresas de la envergadura de la depuradora de aguas residuales de Ourense en Reza. Así lo afirmó el conselleiro de Medio Ambiente, Agustín Hernández, durante su visita al estado de las obras de esta estación, que cuenta con una inversión total de 59,3 millones de euros. Acudió con el delegado del Gobierno en Galicia, Samuel Juárez; el subdelegado del Gobierno en Ourense, Roberto Castro, y el presidente de la Confederación Hidrográfica Miño-Sil, Francisco Marín.
La nueva depuradora, que sitituye a la ubicada en la parcela de al lado y que es ilegal, por lo que debe ser derribada, multiplicará por tres el caudal medio que es capaz de tratar, al pasar de los 285 litros/segundo de la depuradora actual a los 835, y tendrá capacidad para 350.000 habitantes.
Dispondrá, tanto en la línea de agua como en la línea de fangos, de una tecnología vanguardista. Su diseño permitirá, además, la centralización de los equipos de tratamiento de fangos en un único edificio. Tanto el diseño como la incorporación de nuevas tecnologías de depuración permitirán reducir la cantidad de biosólidos producidos; emplear los fangos para su aplicación agrícola; reducir el consumo de reactivos y las emisiones de olores, y un menor consumo energético.
Según comprobaron ayer en la visita, las obras, aún en su inicio, avanzan a buen ritmo y estarán listas en los 27 meses previstos.
Dispondrá, tanto en la línea de agua como en la línea de fangos, de una tecnología vanguardista. Su diseño permitirá, además, la centralización de los equipos de tratamiento de fangos en un único edificio. Tanto el diseño como la incorporación de nuevas tecnologías de depuración permitirán reducir la cantidad de biosólidos producidos; emplear los fangos para su aplicación agrícola; reducir el consumo de reactivos y las emisiones de olores, y un menor consumo energético.
Según comprobaron ayer en la visita, las obras, aún en su inicio, avanzan a buen ritmo y estarán listas en los 27 meses previstos.
