Los vecinos de Verín no recordaban una madrugada como la última. Desde las dos hasta las cuatro de la mañana se desencadenaron actos vandálicos como la quema de contenedores en la Merced, la calle Diputación y la Plaza García Barbón.
En esta última, las llamas alcanzaron a un vehículo que estaba estacionado junto a los recipientes de basura, cuyo propietario reside en el entorno, y que resultó calcinado. Fue una noche de trasiego para los bomberos, pero también para la Policía Local y la Guardia Civil, que han emprendido una investigación para tratar de identificar a los autores.
Los hechos generaron un profundo malestar entre los vecinos, principalmente los del casco viejo (Plaza García Barbón y la Merced) que, en los últimos meses, también ha registrado una oleada de robos en establecimientos comerciales. ‘Cada vez hay menos seguridad y vigilancia. Estamos preocupados porque parece que no tiene remedio.
Verín parece la ciudad sin ley’, manifiestan alarmados los residentes del barrio. Sospechan que podría tratarse de pandillas de jóvenes que están disfrutando de las vacaciones en la villa.
Medidas El Concello de Verín es consciente de la alarma generada y, ayer, sus representantes se pusieron en contacto con la Sub delegación de Gobierno para solicitar que la Guardia Civil amplíe la vigilancia en Verín.
Dentro de sus competencias, tiene previsto ampliar el número de agentes de la Policía Local que patrullan por las noches (actualmente dos) durante el verano ya que asocia los actos vandálicos a la presencia de mayor número de foráneos en la villa con motivo de la época estival.
El propio alcalde, el ‘popular’ Juan Manuel Jiménez, baraja la posibilidad de que los municipales extras que participen en la vigilancia nocturna acudan camuflados de paisano y en coches sin distintivo para que sea más fácil pillar ‘in fraganti’ a los vándalos.
Colaboración
Confía el alcalde que este dispositivo y la colaboración que existe entre las fuerzas de seguridad de la villa den resultado, haciendo alusión a los acuerdos alcanzados durante la última junta de seguridad local para evitar la delincuencia.
Mientras, los comerciantes del casco viejo comentaban ayer como curiosidad que en algunos establecimientos todavía se podía respirar humo de la intensa ‘nube’ que se formó con la quema de contenedores y del vehículo cuyo rastro negruzco era visible ayer sobre el pavimento de las calles afectadas.
‘Primero se produjeron robos en nuestros negocios en los meses pasados y, ahora, destrozos en el mobiliario público y de particulares. No puede ser...’, comentaba alguno de los empresarios. En los últimos meses no se habían registrado actos vandálicos en la villa.
