REPORTAJE

Ötzi se queda sin parientes

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photo_camera La momia Ötzi se encuentra perfectamente conservada a sus más de 5.000 años de antigüedad.

La línea materna genética de la momia Ötzi, de más de 5.000 años de antigüedad, está extinguida, según un estudio realizado por un equipo de investigadores italianos y gallegos, entre ellos el ourensano Antonio Salas.

Ötzi, también conocido como el hombre de los hielos del Neolítico, es una de las momias más antiguas que se conocen en la faz de la tierra. Los expertos calculan que tiene más de 5.000 años y está perfectamente conservada, por lo que en el ámbito de la ciencia  es muy apreciada. El último dato se refiere a su linaje materno, ya desaparecido entre las poblaciones modernas; es decir, a Ötzi ya no le quedan parientes maternos. A esta conclusión llegaron un grupo de investigadores italianos y gallegos, entre ellos, el ourensano Antonio Salas Ellacuriaga, profesor de Medicina de la Universidad de Santiago.

Otzi_resultEl objetivo del estudio era entender la genética de esta momia y cómo engrana con la variabilidad genética que existe hoy en día. "Hay que pensar que nosotros somos fruto de las poblaciones que nos precedieron. Al igual que heredamos el ADN de nuestros padres, esto los hemos ido heredando a lo largo de las generaciones por lo que Otzi representa uno de nuestros antepasados", explicó. Además de estudiar su ADN, el equipo de investigación se preguntó por qué se extinguió este linaje. Los expertos afirman que la causa se debe a los flujos migratorios posteriores al Neolítico, una de las etapas claves en las poblaciones humanas que implica el establecimiento de la agricultura en suelo europeo.  De esto, hace ya unos 8.000 años. "Los Alpes son una región muy aislada y este linaje surge localmente en la zona pero es muy débil porque no alcanza una frecuencia elevada", explicó. De esta forma, las corrientes migratorias posteriores, al haber poca gente portadora de este linaje, no se pudo difundir como en otros casos.

La momia fue descubierta en el 1991 en los Alpes de Ötztal, de ahí a su nombre, por un grupo de escaladores europeos, que se la encontraron perfectamente conservada al estar congelada. La encontraron con sus ropas y arsenal. El cazador, asesinado por una flecha que le atravesó la espalda, murió con 45 años arrastrando serias dolencias. Entre otras, problemas en las articulaciones, arterias endurecidas, caries  y le detectaron parásitos en el estómago, que le provocaron la enfermad de Lyme. "Estaba hecho un cromo", explicó.  Su cuerpo estaba cubierto de tatuajes por lo que "se cree que es uno de los primeros casos de acupuntura " , dijo. Los cortes estaban distribuidos por todo el cuerpo en zonas concretas por lo que no se trataba de una razón estética sino terapéutica. 

Analizar muestras antiguas, como la momia Ötzi, también implica avances genéticos y técnicos que se aplican en la rutina forense. "El  mundo del ADN antiguo está íntimamente relacionado con las técnicas que se utilizan en la genética forense", explicó Antonio Casas, miembro del Instituto de Ciencias Forenses de la USC desde el año 1994. Su reto es analizar material muy degrado o muestras en las que hay una cantidad de ADN pequeña.
En este sentido, el capital humano juega un papel fundamental en el avance de la investigación pero no se cuentan con los fondos necesarios. 

" Uno de nuestros principales inconvenientes es mantener al personal en unas condiciones dignas. Si miramos a países de Europa como Inglaterra o Alemania, referentes en progreso, invierten mucho más que nosotros", explicó. Por eso, insiste en la necesidad de poner en marcha programas que permitan cierta estabilidad a los investigadores y recuerda que la investigación no se hace sola. "No es una máquina o un ordenador. Hace falta un cerebro detrás", concluyó.

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