Mientras otras ciudades españolas han pedido fondos europeos (que ya han sido resueltos) para implantar estas Zonas de Bajas Emisiones, Ourense renunció a ello y prefirió optar por rampas mecánicas y nuevos autobuses, así como medidas de pacificación del tráfico y la instalación de cámaras para entrar al Casco Vello, además de radares. Sin embargo, renunció a una financiación extra para implantar esta ZBE, que sí han conseguido merced a la primera resolución de los Next Generation hasta 32 ciudades importantes dentro de sus provincias, por lo que Ourense parece quedarse, una vez más, en el furgón de cola.
PIDIERON FONDOS
Se trata de Madrid, Barcelona, Sevilla, San Sebastián, Málaga, Salamanca, Granada, A Coruña, Bilbao, Cuenca, Ciudad Real, Valladolid, Palma de Mallorca, Lugo, León, Valencia, Alicante, Gijón, Lleida, Guadalajara, Segovia, Burgos, Soria, Zaragoza, Oviedo, Vitoria-Gasteiz, Cádiz, Castellón, Tenerife, Girona, Pamplona o Mérida. Todas ellas pidieron y consiguieron ayuda de estos fondos para tecnología y medidas que permitiesen poner en marcha o ampliar (en el caso de las que ya la tienen) una zona para restringir el tráfico rodado más contaminante. No se trata de un capricho, sino de una obligación legal a la que Ourense tendrá que haber frente sí o sí para cumplir la Ley 7/2021, de 20 de mayo, de cambio climático y transición energética.
Madrid, Barcelona, Sevilla, Valencia o Valladolid ya tienen en marcha zonas de acceso restringido a vehículos sin distintivo ambiental, bien a tiempo completo o solo a determinadas horas del día. Teniendo en cuenta a estas urbes con zonas ya implantadas como referencia, podemos ver algunas de las excepciones que aplican para circular por su interior. Residentes, personas con movilidad reducida, vehículos de empresa, servicios públicos o servicios de transporte de mercancías son algunos de los que tienen permitido el acceso en la mayoría de estas ZBE ya en marcha, aunque con diferentes casuísticas y horarios.
OURENSE ESPERA
Mientras, Ourense sigue atrapada en el pasado y un gobierno local que, como ha dicho en diferentes ocasiones a través del alcalde, no tiene pensado seguir el Plan de Movilidad vigente, pese a que precisamente en el último pleno, celebrado esta misma semana, la oposición volvió a insistirle en que ponga en marcha las medidas acordadas, que incluían, entre otras, una gran almendra peatonal.
Las ciudades gallegas tienen su hoja de ruta diseñada, salvo Ourense
El resto de ciudades gallegas empieza a dar los primeros pasos e incluso a aprobar los planes para implantar la Zona de Bajas Emisiones, algo en Ourense ni está ni se le espera y que debería ser competencia directa del alcalde, Gonzalo Pérez Jácome, quien está ensimismado rediseñando el nuevo modelo de autobuses urbanos que, por otra parte, sigue sin salir a concurso pese a estar en precario desde 2015.
El Concello de Vigo aprobó a finales de enero el inicio de los trámites administrativos para poner en marcha una nueva ordenanza que regule las zonas de bajas emisiones. Lugo acaba de conseguir 374.00 euros de Next Generation precisamente para su puesta en marcha. Pontevedra prepara su tercera transición después del proceso de peatonalización y de la implantación de la zona 10 y pondrá límite al “tráfico de paso”, aquel que atraviesa la ciudad, con una zona de tráfico restringido en toda la ciudad. Ya han contratado por más de 17.000 euros a una empresa externa para que diseñe esta zona.
En Santiago, el alcalde confirmaba a finales de enero que toda la zona histórica será “zona 0 emisiones”, mientras que A Coruña ha obtenido casi 5 millones de Fondos de Recuperación para su puesta en marcha en todo el centro. En Ferrol, están analizando si el Casco Vello cumpliría los requisitos.
