Ourense recuperó fuelle en 2021, pero perviven problemas endémicos

Tras el duro mazazo que supuso la irrupción de la pandemia en 2020, poniendo patas arriba todo el sistema con el consiguiente efecto en los indicadores socioeconómicos, el 2021 que se acaba de cerrar está suponiendo el arranque de la recuperación gracias al antídoto que ha supuesto la vacuna, un punto de inflexión que ha permitido, pese a los vaivenes, volver a una cierta normalidad y estabilidad que se hace notar en la actividad empresarial o en la afluencia de turistas. No obstante, en Ourense siguen aflorando debilidades que ya se hacían notar justo antes de que el covid lo absorbiera todo, como se puede ver con los indicadores demográficos o las dificultades para la supervivencia del colectivo de los autónomos. A estos problemas se suma la caída de las ventas en la automoción, un mal no exclusivo de la provincia, pero que afecta al conjunto del sector. Mejoría Con un contexto laboral que deja una drástica reducción del número de desempleados y una subida de las afiliaciones a la Seguridad Social en comparación con el cierre de 2020, la actividad de las empresas en el exterior está alcanzando cifras que invitan al optimismo, con unas ventas hasta noviembre por un volumen superior a los 809 millones de euros, un registro que supera los niveles pre pandemia y que está muy por encima de los 628,8 millones de 2020. El ritmo de creación de empresas también se ha acelerado, con 293 nuevos proyectos en marcha hasta octubre por los 254 de 2020. No obstante, también se han disuelto más compañías, un total de 114. También experimentan una mejora significativa los datos de obra pública, que impulsada por los nuevos tramos del AVE y la modernización de las infraestructuras sanitarias ha visto cómo las administraciones han licitado en los primeros 11 meses del año más de 343 millones de euros, casi ocho veces más que los 46 que había a esas alturas el año anterior. Otro indicador que permite vislumbrar la luz al final del túnel es del turismo. Así, los hoteles de la provincia se han visto beneficiados por la desaparición de las restricciones a la movilidad, alojando entre enero y noviembre algo más de 244.000 personas, cuando el año pasado por estas fechas la cifra era de poco más de 162.000. Queda camino por delante, sin embargo, para recuperar el ritmo previo al covid, con el que cada año se batían récords. La compraventa de viviendas, por su parte, también registra una subida, con 1.374 operaciones certificadas en los diez primeros meses del año, aunque con menos hipotecas formalizadas, lo que significa que aumentan las compras al contado. Desafíos La evolución interanual es negativa, sin embargo, en apartados clave para el futuro de Ourense. Es el caso de la demografía, quizá el principal reto que afronta desde hace tiempo una provincia que cada año se deja un buen puñado de habitantes y que, el pasado verano, veía cómo la cifra de residentes caía ya por debajo de los 305.000 habitantes, empujada entre otros factores por una sangría en la natalidad que no cesa, con menos de 1.200 partos en todo el territorio hasta noviembre. También está en mínimos históricos el registro de trabajadores por cuenta propia. Según los últimos datos proporcionados por la Seguridad Social, resistían en la provincia ourensana al cierre del año 23.223 autónomos, casi un centenar menos que doce meses antes.