Empresarios y micólogos respetan la recolección pero advierten de posibles riesgos para la salud

Parados ourensanos buscan ingresos en la venta de setas

Los aficionados salen al monte en estos días en busca de setas. (Foto: MARCOS ATRIO)
Las setas están cobrando un papel protagonista en la provincia en este periodo otoñal. A las numerosas celebraciones gastronómicas que se están desarrollando en distintas localidades se le suma una intensa actividad de recolección. En plena crisis, la afluencia de personas en los montes ourensanos en busca de setas se está diversificando en forma de parados que encuentran en los hongos una fuente de ingresos desesperada para salir adelante.
Son numerosos los establecimientos, puestos de venta, cooperativas y particulares a los que son ofrecidas estas setas recién recolectadas, normalmente a un precio más económico que en el mercado, aunque se dan casos excepcionales donde los hongos son vendidos a un precio superior al estandarizado.

Lo que preocupa a los micólogos es la posibilidad de que la inexperiencia o el desconocimiento de algunos de estos nuevos recolectores lleve al consumo de setas venenosas. 'Por desgracia, nos constan casos de setas no comestibles que se mezclan en algunas ventas', explica el presidente de la asociación de micólogos 'Os Cogordos', José Luis Rico, que advierte que 'quien las cocine y las sirva al público se puede meter en un lío importante y causar alguna desgracia'.

El presidente de Os Cogordos también critica que estos recolectores inexpertos puedan causar perjuicios en los bosques de cara a campañas de años posteriores. 'A Ourense vienen muchos rumanos y furgonetas desde el País Vasco, que se llevan todo cuanto encuentran', impidiendo que los hongos se regeneren durante el verano siguiente.

Uno de los grandes eventos del otoño en la provincia es la Feira de Outono en Allariz. Borja Mínguez, responsable de Pan do Demo, una de las dos empresas que surten de setas a la celebración, reconoce que la afluencia de particulares que han ofrecido hongos silvestres a la empresa se ha incrementado en enormes proporciones, hasta el punto de que 'cuando antes llamaban dos o tres personas por semana, ahora tenemos que rechazar entre cuatro y seis diarias'.

Tanto Mínguez como Rico coinciden a la hora de señalar la necesidad de una regulación que garantice que los desempleados puedan mantener esta fuente de sustento de manera que no suponga un riesgo para la salud ni para el medio ambiente.

Respecto a la normativa introducida en el Concello de A Veiga, donde se cobrará una tasa por la recolección de hongos a quienes no estén empadronados en el municipio, el presidente de Os Cogordos cuestiona que 'nadie tiene autoridad para sancionar a aquellos que no paguen el permiso', porque, según afirma, ni los agentes del Seprona que vigilan los montes, ni la Guardia Civil, puede multar a los recolectores foráneos. n

Rico alude a la necesidad de una 'ley de rango superior', y lamenta que algunas de las políticas autonómicas 'no tengan lógica', como es el caso del establecimiento de un máximo de dos kilogramos por día que se planteó la Xunta. 'Si no diferencian entre las distintas especies, no tiene sentido, porque una cesta de dos kilos de boletus se llena con cuatro o cinco setas, pero si coges 'sendeiriñas', puedes llenar el maletero del coche sin alcanzar el tope'.

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