ANÁLISIS DE LA SEMANA

Pasó lo que pasó | No los abandonen, nos harán falta

Varios perros que actualmente se encuentran en el Refuxio Provincial de A Medela, en O Carballiño.
photo_camera Varios perros que actualmente se encuentran en el Refuxio Provincial de A Medela, en O Carballiño.
El análisis de la semana en Ourense, de la mano de Antonio Nespereira

Antonio Nespereira ofrece su visión de lo que ha sucedido en Ourense a lo largo de esta semana.

Moviendo la cola

Más de mil perros se quedan sin dueño cada año en esta provincia, decía La Región. La orfandad proviene de la falta de sensibilidad hacia los canes, todo generosidad, entrega y lealtad, como puede acreditar cualquiera que tenga o haya tenido uno. Este periódico ponía titulares en negrita para alertar de que las perreras estaban atiborradas de chuchos que movían el rabo, echaban las orejas hacia atrás y ponían ojillos ante cualquiera que pasase por allí como candidato a adoptarles.

La población envejecida también se desprende de los perros antes de hacerlo de su propia vida. Recuerdo la historia de un can de palleiro que había acompañado a su dueño hasta el hospital y se quedó a sus puertas. El amo falleció dentro y él permaneció en la entrada, por si salía, y acabó siendo adoptado por los vigilantes jurado. Hay mil historias, a cada cual más conmovedora. Rescates, labores de policía, lazarillos o incluso terapeutas en hospitales.

En algunas parejas los perros son receptores del cariño que no se le da a los bebés, porque no los tienen. También aquí es más negocio una clínica veterinaria que una tienda de ropa de recién nacido. El censo canino ha hecho un camino inversamente proporcional al de los bebés y el cambio de paradigma nos deja un poco patidifusos. Y lo que queda.

El hospital

A lo mejor hay escalas de abandono. A finales del año pasado recuerdo haber visto una noticia que he recuperado gracias a Internet. Llevaba este titular: “Ancianos abandonados en hospitales canarios tras el alta: de familias que no pueden cuidarlos a jubilados extranjeros desarraigados”. Y añadía: “La estancia en los hospitales de este tipo de pacientes ronda los dos años hasta que consiguen una plaza en una residencia”.

He visto estos días ingresos hospitalarios de personas muy mayores, desubicadas por la patología y el ingreso. Así, a ojo, la mayoría por encima de los 75 tacos, los más afortunados acompañados por familiares, a su vez casi sexagenarios. Hay familias que tienen cerca alguien para echar una mano, no todas.

Los hijos están a los pies de la cama pero estos, cuando les toque, echarán de menos una mano que estreche la suya, el beso en la mejilla y el acudir a hablar con el médico para que le informe. ¿Por qué? Porque sus hijos tienen ya otra vida, la mayoría fuera de aquí. Las protectoras de animales ponen en alerta a la sociedad por el abandono de los canes. Estamos a la espera de la creación de las protectoras de abuelos y sus conclusiones.

Elefantes

Las personas, a medida que cumplen años, ven más cerca la soledad, a pesar de notables esfuerzos por ir engañando al calendario. En la Okinawa ourensana son cada vez más los centenarios, pero la singladura es la de los viejos elefantes que, con los achaques de la edad, buscan las riberas de los ríos, donde hay pasto fresco y agua, lo que les permite alimentarse pese a su débil dentición. Y allí esperan el final en grupo, como una conjura tribal.

La sociedad envejece a gran velocidad y la longevidad es una conquista, pero en qué lugares van a ser atendidas todas esas personas si las familias no están o no pueden ocuparse. Piensen en el Ourense de un par de décadas, llena de senectos habitantes rodeados de recuerdos, videollamadas con los familiares. Si no se teje cuanto antes una potente malla social pública y privada, quedará la ruta del elefante.

No los dejen

Pero la ciencia y la tecnología avanzan a nuestro favor. La inteligencia artificial se ocupará de todo esto, aún no se sabe muy bien de qué forma, pero lo harán. El metaverso tomará vida corpórea y sentimental para hacer ensayos de ternura, acompañar al médico y avisar a Google para que de mañana nos active una alarma para proyectar en nuestro móvil los recuerdos y las añoranzas.

Pero todo eso es ciencia ficción de momento. No lo es la gigantesca sima que se abre para las atenciones de los mayores en poco tiempo, sobre todo en Ourense. Por lo tanto, no abandonen a los perros, que jamás perderán el instinto de ayuda y lealtad; moverán la cola, pondrán ojillos y dormirán a nuestro lado. No los abandonen, pueden ser nuestra salvación. A eso tendemos.

El portafotos

Álvaro Vila, alcalde de Taboadela (Foto: Martiño Pinal)
Álvaro Vila, alcalde de Taboadela (Foto: Martiño Pinal)

Álvaro Vila es alcalde de Taboadela y portavoz del PSOE en la Diputación. No es fácil asumir el papel de un partido que no tiene respaldo suficiente para gobernar en la institución provincial, pese a las múltiples maniobras tramadas (de forma burda en varias ocasiones) por su partido no hace mucho. Actualmente la situación es otra porque el PP también es otro y la mayoría en la Diputación hay que negociarla siempre.

Un partido en la oposición se mueve siempre en la dialéctica de dar cera al que manda o tender la mano cuando lo que está sobre la mesa trasciende la estrategia política y el oportunismo. El PSOE de Vila en la corporación provincial ha llegado a un par de acuerdos sustantivos con el PP de Luis Menor. El último ha sido esta semana para mejorar los recursos que se otorgan a los concellos. Bastó con charlarlo para darse la confianza mutua y sacar el asunto adelante.

En tiempos de extrema y nociva polarización, de encarnizado odio entre PP y PSOE extramuros de la provincia, que el grupo de Álvaro Vila y Menor se miren a la cara y pacten es noticia de extraordinario calado. Lástima que esta capacidad de diálogo no fructifique en el Concello de Ourense. No hay que ser ingenuos, porque el pacto allí es difícil mientras lo fácil sea culparse en vez de arreglarlo.

Al poner la lupa

Ribeira Sacra.

Majestuosa, aún sin tener una marca

Rejuvenece la candidatura de la Ribeira Sacra a Patrimonio de la Humanidad. A la primera intentona le sobró postureo, fotos y voces engoladas, y le faltó realidad, como el tiempo ha demostrado. Ahora, según las últimas noticias, se ha hecho de la necesidad, virtud. En principio eran los embalses un problema para que prosperase la aspiración y ahora es una oportunidad.

Contaba La Región que la acción humana, con su cultura hídrica, puede ser un elemento tractor para conseguir el objetivo. Por el momento el camino se recupera y la singladura deberá hacerse con paso firme para no pifiarla de nuevo. Será, a la postre, un marchamo de calidad para un referente paisajístico, cultural y patrimonial. Pero, no nos engañemos, la Ribeira Sacra es tan majestuosa por sí misma en cualquiera de sus extremos que no le harán falta muchos abalorios. A la Venus de Milo no le hace falta vestirse para ser lo que es. Ni siquiera que le pongan los brazos que le faltan.

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