La periferia de Ourense, cerrada al paso de los bomberos ante una emergencia

Un camión de bomberos, en la periferia.
photo_camera Un camión de bomberos, en la periferia.

El estado de abandono del Casco Vello de Ourense también les resulta conflictivo, también en situaciones de emergencia

La periferia de la ciudad de Ourense no está preparada para una emergencia. La falta de espacio entre calles y el mal estado de los barrios, las obras interminables o  las numerosas fincas sin desbrozar hacen impenetrable el acceso a las viviendas con un vehículo especializado. Así lo constatan los bomberos de Ourense, que en alguna ocasión han visto dificultades para llegar a ciertos puntos: “El camión no pasa en algunas ocasiones y es un problema”, reconoce José Benito, coordinador de este cuerpo en la ciudad. 

Entre las zonas más críticas están Cudeiro, Rabo de Galo. Reza, O Polvorín o incluso partes de Covadonga. En el primer barrio, apenas puede entrar una ambulancia. En los accesos estrechos a esta zona no caben más quie dos personas al mismo tiempo y, en una ocasión, a la entrada del pueblo recuerdan cuando el camión de una orquesta se quedó encajado entre el horno comunal y una casa de piedra.

Por otra parte, en Reza, junto al pazo de Deza, también hay zonas en las que los servicios de emergencias no entran. La carretera está en mal estado y carece de iluminación, por lo que directamente los grandes vehículos no entran.  A todo esto se suma el abandono en materia de desbroces: mientras que las calles impiden la entrada de los profesionales, en caso de incendio, la foresta ayudaría a propagarlo. 

En Rabo de Galo, los problemas son los de siempre: unas obras que no acaban impiden a algunos vecinos entrar en sus propios garajes, en sus casas permitir el paso de bomberos, policía o servicios sanitarios. Ya ocurrió en alguna ocasión.

Cuando se da una situación en la que deben abrirse paso, no tienen más remedio que aparcar lo más cerca posible y hacer un tendido de manguera. 

El Casco Vello de Ourense, lo mismo

El mal estado de la zona histórica es otra situación que tiene en vilo a los que se encargan de apagar fuegos: “Es muy preocupante. A nivel técnico el mal estado de los edificios supone un riesgo”, afirma. 

Cuando existe peligro por la endeble estructura interna que presentan los que están deshabitados, “los bomberos tienen que actuar desde fuera”. 

Te puede interesar