La presencia de jabalíes en las calles de la ciudad se ha convertido en una estampa cotidiana en horas nocturnas también en este recién comenzado 2024. Y, una vez más, vuelven a protagonizar situaciones peligrosas que comprometen la seguridad ciudadana. En Marcelo Macías, Matías Carnero, un vecino del lugar que salió a pasear con su perro, presenció sobre las once y media de la noche del martes a una pareja de suidos paseando en plena noche. El can, un cruce de ratonero bodeguero y pincher de apenas siete kilos de peso y que iba suelto, plantó cara a la pareja de jabalíes, uno de ellos de unos 70 kilos de peso, a la altura de la Rúa da Murga. Pese a las advertencias del dueño -”Fito, no te pongas bravo”-, el perro no se arredró y lo ahuyentó con sus ladridos (la escena se recoge en el vídeo).
No es la primera vez que los dueños de mascotas se enfrentan a situaciones similares en otros puntos de la ciudad. Incluso con ataques a perros. En Covadonga, O Pino, Rabodegalo e incluso en calles más céntricas. Pese a las numerosas notificaciones vecinales a lo largo de los dos últimos años, el Concello sigue sin mover ficha para la puesta en marcha de las jaulas-trampa que brinda la Consellería de Medio Ambiente para intentar paliar la incidencia. El ente local, según confirmaron ayer fuentes de la Delegación de la Xunta, no solicitó las jaulas y tampoco facilitó los lugares en los que son necesarias.
El protocolo de la Xunta para las grandes ciudades y concellos de áreas metropolitanas incluye la instalación de las jaulas con cebos para esos mamíferos, a cargo de la empresa pública Tragsa, pero también presta asesoramiento a los ayuntamientos adheridos. Las administraciones locales, por su parte, deben asumir la gestión de los animales capturados.
La falta de entendimiento aplaza las soluciones. El Concello ourensano entiende que la captura de los jabalíes es competencia únicamente de Medio Rural. Así lo ha dicho en alguna ocasión el alcalde en redes sociales. Mientras, los problemas de seguridad ciudadana que representa la incursión de suidos en la ciudad siguen ahí.
Los ladridos de Fito en Marcelo Macías el pasado martes surtieron efecto, pero los jabalíes, aunque suelan esconderse de los humanos, son animales salvajes muy robustos y con colmillos afilados que pueden resultar peligrosos si se ven acorralados. Advertidos quedamos.
