Los vecinos de Covadonga, olvidados ante la plaga de jabalíes

Uno de los jabalíes fotografiados en Covadonga.
photo_camera Uno de los jabalíes fotografiados en Covadonga.
La asociación advierte que el Concello y la Xunta se tiran la pelota, pero nadie se hace cargo

El lunes y el viernes de la semana pasada aparecieron, nuevamente, dos grandes grupos de jabalís en Covadonga. Ya hace casi un año desde que los vecinos de esta zona comenzaron a convivir con estos animales en sus calles. 

En noviembre de 2022 fue hallada una piara que se alimentaba de los restos de la basura. Se sospechó que algunos vecinos les estaban dando de comer. A las pocas semanas llegaron más familias y, desde entonces, son una plaga de la que los residentes todavía no lograron librarse. 

En la actualidad, pese a que se realizan batidas en las zonas de monte para controlar las poblaciones, los núcleos urbanos continúan teniendo el mismo problema. “Las jaulas que nos prometieron en marzo ni están ni se les espera”, señala Jesús Couceiro, de la asociación de vecinos de Covadonga.

Desde la agrupación denuncian que “la Xunta y el Concello se están tirando la pelota mutuamente, pero nadie da ninguna solución”, lamenta. 

A mediados de marzo, se celebró una reunión con la jefa territorial de Medio Ambiente, Victoria Núñez, donde se acordó que la Xunta pondría los medios para instalar jaulas en el barrio. El Concello retrasó el trámite con burocracia: no envió la documentación necesaria para que se pudiesen colocar. “Se lavan las manos asegurando que no son ellos quien deben hacerse cargo”, indican desde la asociación. “Mientras, la Xunta autoriza batidas para capturar jabalíes en los montes, pero ¿y la ciudad?”, se cuestionan. 

Por su parte, aseguran que ya no van a solicitar más ayuda al gobierno municipal y autonómico: “Hemos dicho ya todo, nos hemos repetido, ahora es la Administración la que debe actuar”, indica Couceiro. 

En O Pino

Aunque Covadonga es, desde el pasado invierno, la zona más afectada, los animales también se desplazaron hacia la zona de O Pino en los últimos meses. Su presencia es cada vez más habitual. Además, su paso, habitualmente atravesando carreteras, supone un peligro para los conductores que emplean esta vía, sobre todo en horario nocturno.

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