SIN ORDENANZA MUNICIPAL

Ourense habla: “No les preocupa que los jóvenes beban"

Vecinos y hosteleros se quejan de la falta de consenso ante la normativa contra el botellón

Tras la falta de acuerdo político municipal para poner en marcha la ordenanza contra el botellón, las reacciones entre vecinos y hosteleros no se han hecho esperar. A pie de calle, el sentimiento es único: "No se ponen de acuerdo ni para esto". Los ciudadanos reclaman "preocupación real" por la salud de los más jóvenes, al mismo tiempo que recuerdan que mientras no se tomen medidas, el problema del botellón irá a "peor". 

"A los políticos solo les importa llenar el bolsillo, que los adolescentes beban les da absolutamente igual", señala un vecino del centro de la ciudad. Las quejas no entienden de color político: "Da igual de qué partido hablemos, les parece más importante defender lo suyo que encontrar una solución entre todos". No en vano, la sensación que predomina entre los ciudadanos es la de la desconfianza: "No es normal que dejen que los adolescentes acaben tirados en la calle con comas etílicos". Por ello, se preguntan qué más tiene que pasar para aprobar una ordenanza con apoyo mayoritario.

Para el sector hostelero de la zona de Os Viños, directamente afectado por la proliferación de la práctica del botellón en los últimos años, la situación es "insostenible". "Non temos porque aguantar esta situación todas as fines de semana, é algo que non se da controlado se non se prohíbe, está claro", señalan desde Bimba Tapería. "É unha pena atoparse a rapaces tan borrachos pola rúa", añaden. "El problema es que es un sistema de diversión sin ningún tipo de freno, para los menores de edad especialmente", explica otro comerciante del Casco Viejo. La falta de una normativa contra el botellón se añade a la falta de efectivos de la Policía Local, lo que se convierte en el perfecto caldo de cultivo de esta práctica. "Tienen que encontrar una forma de acotarlo o reducirlo, aunque sea complicado, porque es un problema de salud", señalan desde A nosa taberna. "Los locales tendremos clientes, el problema es otro", añaden. "En todas las ciudades existen normativas para evitar el botellón, en Sanxenxo si te pillan bebiendo en la calle te ponen una buena multa... Aquí, nada, no tiene lógica alguna", apuntan desde O Bacelo. 


"Desprotección"


Entre los padres de adolescentes en la ciudad, la sensación es la de "desprotección" total: "Es complicado saber qué hacen cuando salen por la noche y si está permitido hacer botellón acabarán emborrachándose una y otra vez...". El botellón está asociado al denominado "binge-drinking" -ingesta masiva de alcohol-, lo que conlleva daños cerebrales para los más jóvenes. "Estamos de acuerdo en que no es fácil luchar contra ello, tienen que intervenir a nivel político y policial también", apunta el padre de una joven de 13 años.


"En cuanto se corra la voz..."


La Praza do Trigo se convirtió durante el mes de septiembre en el epicentro del botellón ourensano. Tras las quejas de los hosteleros y vecinos de la zona, así como la intensificación de la vigilancia de la Policía Local, la concentración de jóvenes se dispersó hacia otras zonas. "En cuanto se corra la voz  entre los adolescentes de que la ordenanza no se ha aprobado volveremos a tener aquí en frente el mismo problema", aseguran desde O Bacelo, situado en la praza do Trigo. "La Policía Local va a tener que volver a venir aquí los fines de semana, porque si ellos vigilan, los menores se van y el resto se relaja o se dispersa", explican. Desde el restaurante también critican la degradación que supone para la zona histórica: "No es normal que se permitan ese tipo de aglomeraciones frente a la catedral de la ciudad... Es una auténtica vergüenza". 

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