El conductor, acusado por la muerte de dos de los ocupantes del coche, dice que no lo recuerda

Un pique de velocidad causó el accidente mortal de Cartelle

El acusado, José Manuel Conde (izquierda), con su abogado. (Foto: XESÚS FARIÑAS)
El acusado de provocar un accidente en el que fallecieron dos jóvenes dentro del término municipal de Cartelle, José Manuel Conde Pérez, no recuerda haber circulado a velocidad excesiva. Así lo declaró durante el juicio celebrado ayer por la colisión, producida en diciembre de 2008 en la N-540, que une Ourense con Portugal. Según el acusado, su marcha se mantuvo a una velocidad de entre 50 y 60 kilómetros por hora.
El fiscal pide para él una pena de cuatro años de cárcel por un delito de homicidio imprudente. Las familias de los jóvenes que perdieron la vida en el accidente aseguraron haber percibido ya una indemnización de algo más de 112.000 euros en el caso de Marcos Álvarez, de 17 años y natural de Celanova, y de 94.000 la familia de Miguel Ángel Trigos, de 18 y vecino de Cartelle.

El juicio se reanudará el lunes, 26 de marzo. Será entonces cuando se presente una prueba pericial solicitada por la Fiscalía y otra por la defensa.


LE PIDIERON QUE REDUJESE

El coche partió de Celanova dirección A Manchica tras otro vehículo de un conocido del copiloto. A este le habrían alcanzado en la travesía de Vieiro de Cartelle, en lo que los testigos definen como un 'pique' . Tras rebasarle en una recta a una velocidad que el conductor manifestó no recordar, el turismo derrapó en la siguiente curva, a la altura de un cruce que dirige a Ulfe y el santuario de As Maravillas. A partir de ese momento, José Manuel Conde no pudo relatar los hechos alegando no acordarse de los mismos.

Uno de los testigos, que ocupaba el asiento del copiloto, sostiene, sin embargo, que la velocidad, en el momento del adelantamiento era de 160 km/h en una zona cuya velocidad máxima permitida es de 50. También de 'inadecuada' la calificó el agente de la Guardia Civil que acudió al lugar del siniestro, según las marcas y pruebas recogidas en el escenario. El propio conductor del segundo vehículo, que confesó circular a 80 en la misma zona, asegura que el coche accidentado le adelantó a 'muchísima' velocidad.

El turismo, ocupado por cinco pasajeros, salió de Celanova rumbo a A Manchica con intención de dirigirse a una discoteca popular en la zona. La gran velocidad a la que circulaba el acusado asustó tanto al testigo que viajaba de copiloto como a uno de los fallecidos, Miguel Ángel Trigos, que le habrían pedido aminorar la marcha. El primero aseguró que, tras ver que no frenaba, pensó que 'nos iamos matar'. El otro testigo presente ayer no recuerda haber escuchado ambas peticiones y, aunque no lo calificaría como 'miedo', sí experimentó sensación de gran velocidad.

Según los dos testigos presentes ayer en el juicio, momentos antes habrían estado en el Alto do Furriolo realizando derrapes con el coche del acusado, algo que José Manuel Conde también negó. En la vista estuvieron presentes familiares del acusado, de los testigos y de los fallecidos, que se personaron como acusación particular.

EL ACCIDENTE CONMOCIONÓ A LA COMARCA

El accidente sucedió el 8 de diciembre de 2008, poco antes de la una de la madrugada, en el punto kilométrico 16,600 de la N-540. Una vez personados los servicios de emergencia, ya nada pudieron hacer por las víctimas mortales. El vehículo, un Seat Córdoba propiedad del padre del acusado, acabó dado la vuelta tras desplazarse por el aire varios metros. Los otros tres ocupantes resultaron heridos con pronóstico grave, en el caso de los dos testigos y leve en el caso del conductor. El accidente conmocionó a la comarca, puesto que los ocupantes eran naturales de A Bola, Celanova y Cartelle. Los dos últimos concellos, de donde procedían los fallecidos, decretaron, en su momento, dos días de luto oficial.

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