Las placas obligaron a cerrar plazas y calles de Carballiño

Un rosario de incidencias varias.
Ese fue el efecto del temporal de nieve que generó hasta 324 llamadas al servicio de emergencias, de personas solicitando ayuda, la mayoría de ellas de conductores que quedaron atrapados en plena carretera y de trabajadores que no podían salir en coche de sus domicilios para acudir al puesto de trabajo. Entre las llamadas, dos procedían de vecinos de los pueblos de Cepedelo (Viana) y de A Ermida (Beariz) alertando de que estaban incomunicados. José Sola reside en la segunda de las localidades y afirmaba que llevan cuatro días sin poder circular por el pueblo. 'Para abastecernos de alimentos, comprar el pan y el pescado, tenemos que caminar con mucho cuidado hasta la carretera principal, unos 400 metros. Los coches no circulan por las calles del pueblo', apuntó.

Toda la provincia de Ourense permaneció ayer bajo los cero grados, incluida la ciudad, donde se registró 1 grado bajo cero, según MeteoGalicia. La situación fue similar en todo el término provincial, provocando la formación de placas de hielo que obligaron a la Policía Local de Carballiño a cerrar la Praza Maior de la villa y varias calles adyacentes para evitar caídas entre los peatones. Tomaron la decisión después de caerse varias personas y de que una vecina tuviera que ser trasladada al centro de salud por una posible fractura en una pierna. Los agentes, además, junto con Protección Civil, tuvieron que esparcir sal en numerosos puntos como la plaza de abastos, estación de autobuses y plaza Emilia Pardo Bazán.

El problema aumentó cuando los agentes se quedaron sin servicio telefónico debido a una avería desde la madrugada de ayer hasta bien entrada la mañana.

En la cercana Carballeda de Avia, el Concello tuvo que solicitar ayuda a la Diputación para que interviniese en los accesos a los pueblos de Prados, Laceiras, Balde y Fermosas, donde alrededor de 70 vecinos quedaron incomunicados. El alcalde, Luis Milia, manifestaba su preocupación por las personas mayores y enfermas.

Pero no fue el único, dado que el organismo provincial registró peticiones de sal, más de ocho toneladas en total, desde numerosos concellos de la provincia para esparcirlo en diferentes pueblos.

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