La empresa que realiza la reforma de la Plaza de Abastos continúa cerrando la obra con vallas más consistentes. La entrada principal al mercado permanece cerrada, con una pequeña puerta destinada a la entrada y salida de los nueve okupas que continúan en el interior.
Los operarios están a la espera de la orden judicial que ordene el desalojo después de que los okupas aseguraran que no abandonarían la Plaza hasta que llegara una orden, así como una alternativa de vivienda. Aseguran que la Plaza es su único lugar de acogida.
Desde el Concello aseguran que algunos ya se marcharon pero quedan "los más conflictivos". Mientras, los placeros, atónitos por la presencia de estos okupas, solo confían en que ahora no se atrincheren en el rianxo, la única zona donde no habrá reforma.
