La pérdida de habitantes se convierte en crónica en las provincias interiores del noroeste peninsular

La población de la provincia se reducirá en un cinco por ciento en los próximos 10 años

La provincia de Ourense perderá casi un 5% de su población en el horizonte del 2019, según el último estudio del Instituto Nacional de Estadística a propósito de la proyección de la población española a corto plazo. Ourense sólo se ve superada en decrecimiento por León, Lugo, Asturias, Palencia y Zamora.
Hace cinco meses, el avance del censo de población correspondiente a 2009 constataba que la provincia de Ourense no conseguía frenar su paulatina y preocupante caída de población, al perder 526 habitantes en el último año. Ayer, el Instituto Nacional de Estadística (INE) volvía a poner este asunto sobre al mesa, al informar que esta provincia tendrá en 2019, dentro de nueve años, un cinco por ciento de población menos que hoy, es decir, tan sólo 310.740 habitantes. Para entonces habrá perdido, según esta estimación, 27.228 ourensanos desde 2002. En el período 2002-2008 ya decreció en un 3,25% de sus habitantes, debido al envejecimiento de la población y a la ausencia de un relevo generacional que compense el índice de mortalidad, pues las defunciones doblan ya a los nacimientos.

De hecho, y siempre de acuerdo con el informe del INE, el crecimiento vegetativo arroja rá en 2018 la alarmante cifra negativa de -3.008, fruto de las 4.673 defunciones, que en absoluto se verán compensadas con los 1.664 nacimientos previstos en la proyección estudiada.

Pero, además, es en el noroeste peninsular y en provincias del interior (incluyendo Lugo, pese a tener costa) donde la sangría poblacional es más acusada. Ourense es una de las seis provincias con un decrecimiento más acusado, aunque la superan Asturias, León, Lugo, Zamora y Palencia.

Más inmigrantes, pero insuficientes

Al decrecimiento poblacional de la provincia de Ourense no la salvarán tampoco los inmigrantes pese a que, según el INE, las previsiones son de que en 2017 el saldo sea favorable, con la llegada de unos 6.300 personas, frente a las cerca de cinco mil que abandonarían la provincia. Habría que remontarse al año 1999 para comprobar un crecimiento positivo en el número de habitantes, que no ha vuelto a producirse.

Bien es verdad que la esperanza de vida al nacer aumenta en un año para los varones y también para las mujeres, lo mismo que el llamado índice sintético de fecundidad (el número medio de hijos por mujer), aunque ésta no llegue ni a la mdia de un vástago por mujer cuando en España es en este momento de 1,48 y en 10 años subirá a 1,54; pero la tasa de dependencia aumenta en cinco puntos desde 2009 (45,1) a 2019 (50,2) en los mayores de 65 años y el envejecimiento se vuelve cada vez más acusado, hasta el punto de que la población pensionista casi triplica a la de menores de 15 años. Además, se reduce el porcentaje de población menor de 15 años, alejándose de la media española, un 13,5% frente a un 15,5%, respectivamente.




Te puede interesar