La Policía Local de Ourense detuvo en la madrugada del día 21 a un joven lucense de 22 años que intentó fugarse tras robar gasóleo de los camiones aparcados en una zona vallada, correspondiente a uno de los talleres donde la Xunta prepara la maquinaria utilizada para el mantenimiento de las carreteras de titularidad autonómica.
Fuentes de la Policía Local indicaron que una denuncia vecinal alertó a los agentes y, al acercarse al taller, el joven intentó huir por la valla que había cortado para entrar, pero lo detuvieron a pocos metros del lugar, frente a la iglesia de San Pío X, en la avenida de Zamora.
Los policías detuvieron al joven, de 22 años y natural de Monterroso (Lugo), y se incautaron de su vehículo, aparcado cerca, con dos garrafas con capacidad para 25 y 15 litros y un metro de goma utilizada para succionar el gasóleo de los depósitos.
ASALTOS CONTINUOS
En el taller, la patrulla policial se encontró una mancha de combustible en el suelo, de unos 25 metros cuadrados, entre dos camiones estacionados lo que permitió identificarlos como los asaltados.
Trabajadores del taller explicaron a Europa Press que, en la última semana, este ha sido el segundo robo de combustible y que las denuncias por este tipo de robos ronda las 4 al mes.
Los asaltos se producen por succión del combustible de un depósito a través de una goma, pero los trabajadores han indicado que otras veces agujerean el depósito con un puntón y lo vierten directamente en las garrafas para su venta en un posible mercado clandestino de combustible.
Los policías detuvieron al joven, de 22 años y natural de Monterroso (Lugo), y se incautaron de su vehículo, aparcado cerca, con dos garrafas con capacidad para 25 y 15 litros y un metro de goma utilizada para succionar el gasóleo de los depósitos.
ASALTOS CONTINUOS
En el taller, la patrulla policial se encontró una mancha de combustible en el suelo, de unos 25 metros cuadrados, entre dos camiones estacionados lo que permitió identificarlos como los asaltados.
Trabajadores del taller explicaron a Europa Press que, en la última semana, este ha sido el segundo robo de combustible y que las denuncias por este tipo de robos ronda las 4 al mes.
Los asaltos se producen por succión del combustible de un depósito a través de una goma, pero los trabajadores han indicado que otras veces agujerean el depósito con un puntón y lo vierten directamente en las garrafas para su venta en un posible mercado clandestino de combustible.
