Como estaba previsto, el Consejo de Ministros nombró ayer al presidente de la nueva Confederación del Miño-Sil, Francisco Félix Fernández Liñares. El nuevo responsable, hasta ahora concejal de Urbanismo en Lugo, es un ingeniero agrícola que se marca dos retos fundamentales: poner en marcha un nuevo organismo de cuenca moderno y eficaz, y realizar una correcta y sostenible administración del agua. Fernández Liñares gestionará una cuenca hidrográfica de 19.883 kilómetroc cuadrados.
Tomará posesión y se sentará a hablar con la ministra de Medio Ambiente, Rural y Marino, Elena Espinosa, para establecer prioridades de trabajo y, sobre todo, efectuar una correcta y sostenible administración del agua, teniendo en cuenta que las irregularidades en las precipitaciones y el cambio climático convierten este elemento en un bien muy preciado. Pero también debe poner en marcha un organismo nuevo en el que se trata de modernizar instalaciones y estructura de trabajo para convertirla, dice, en un instrumento eficaz al servicio de los ciudadanos.
Así comenzará su trabajo al frente de la nueva Confederación Hidrográfica del Miño-Sil su presidente, Francisco Fernández Liñares, cuyo nombramiento quedó formalizado ayer en el Consejo de Ministros.
El responsable del nuevo organismo de cuenca, que se segrega de la Confederación del Norte -ahora se denominará del Cantábrico-, gestionará 19.883 kilómetros cuadrados de cuenca, y los ríos Miño, Sil (afluente del anterior) y Limia. Es una red de cauces con 40 embalses hidroeléctricos y una superficie que representa el 51% de la ya extinguida Confederación del Norte, cuyo presidente (Jorge Marquínez), por cierto, se mantendrá al frente de la del Cantábrico.
Este nuevo organismo, que este año carece de presupuesto, será dotado en 2009 con unos 137 millones de euros, según los cálculos del Ministerio, que ya ha reformado los locales de la antigua Jefatura de Tráfico en Curros Enríquez para completar las instalaciones que la Confederación del Norte tiene en O Posío.
La Confederación es, pues, un hecho tras una larga reivindicación desde que el entonces senador nacionalista Anxo Quintana lograra desde el Senado, hace cuatro años, el apoyo del PSOE y del PP para crear una Confederación propia que gestionase la más importante red fluvial de Galicia.
Así comenzará su trabajo al frente de la nueva Confederación Hidrográfica del Miño-Sil su presidente, Francisco Fernández Liñares, cuyo nombramiento quedó formalizado ayer en el Consejo de Ministros.
El responsable del nuevo organismo de cuenca, que se segrega de la Confederación del Norte -ahora se denominará del Cantábrico-, gestionará 19.883 kilómetros cuadrados de cuenca, y los ríos Miño, Sil (afluente del anterior) y Limia. Es una red de cauces con 40 embalses hidroeléctricos y una superficie que representa el 51% de la ya extinguida Confederación del Norte, cuyo presidente (Jorge Marquínez), por cierto, se mantendrá al frente de la del Cantábrico.
Este nuevo organismo, que este año carece de presupuesto, será dotado en 2009 con unos 137 millones de euros, según los cálculos del Ministerio, que ya ha reformado los locales de la antigua Jefatura de Tráfico en Curros Enríquez para completar las instalaciones que la Confederación del Norte tiene en O Posío.
La Confederación es, pues, un hecho tras una larga reivindicación desde que el entonces senador nacionalista Anxo Quintana lograra desde el Senado, hace cuatro años, el apoyo del PSOE y del PP para crear una Confederación propia que gestionase la más importante red fluvial de Galicia.
