“Cuando un perro ingiere alfileres hay peligro de muerte, ya que pueden perforar el estómago, el bazo, el hígado o el páncreas del animal”, aseguró ayer a este diario Alejandro Sánchez, uno de los veterinarios que operaron de urgencia a los canes que comieron los cebos con alfileres que un vecino de O Vinteún ponía en calles, plazas y parques caninos de Ourense. Hechos por los que ahora la fiscal pide para Manuel M. A., de 58 años, acusado de un delito continuado de maltrato animal, una pena de un año de prisión, inhabilitación para ejercer cualquier profesión relacionada con los animales y tenencia de animales durante tres años. Además, tendrá que indemnizar con 4.6oo euros a los propietarios de las mascostas.
La Fiscalía considera que el detenido in fraganti el 6 de noviembre de 2021 actuó “de manera injustificada e indiscriminadamente poniendo en peligro la vida de los animales” entre septiembre de 2019 y noviembre de 2021. Tras cuatro años de investigación y sin fecha para juicio, la fiscal recoge casos de 13 perros afectados, algunos de los cuales tuvieron que ser intervenidos.