Los vecinos afirman que ni Gas Natural ni la Diputación de Lugo se quieren hacer cargo

Protestas en Os Peares por el mal estado de una carretera

Varios de los socavones en la carretera sobre las compuertas de la central. (Foto: MARTIÑO PINAL)
Los socavones del tramo de carretera que transcurre sobre las compuertas de la presa del Salto de Os Peares, en la frontera entre las provincias de Lugo y Ourense, preocupan a los vecinos de la zona, que llevan tiempo quejándose de los inconvenientes que acarrea la circulación sobre la estación hidroeléctrica, ya que afirman que muchos han destrozado sus ruedas al recorrer este tramo.
La Asociación de Vecinos de Os Peares -zona que comprende los concellos ourensanos de A Peroxa y Nogueira de Ramuín, y los lucenses de Carballedo y Ferreira de Pantón- a través de su secretario y portavoz, Francisco González, manifestó su malestar, explicando que 'la única vía de salida que tienen a Ourense no puede estar en tal estado de abandono'.

Los vecinos aseguran que 'no son capaces de encontrar un responsable de esta situación tan preocupante', ya que afirman que se produjo una cesión por parte de Gas Natural, entidad propietaria de la central, a la Diputación de Lugo, aunque ninguna de las dos se pronunciaron al respecto. Francisco González atacó la 'falta de sensibilidad de ambas entidades', y acusó a Gas Natural de 'preocuparse sólo por el beneficio económico que obtienen por producir energía en la presa, ya que ni siquiera piensan en los empleados de su central, que tienen que pasar todos los días sobre esta carretera para ir a sus puestos de trabajo'.

Pero las protestas de los vecinos también recalan en el entorno del embalse, que, mantienen, 'se encuentra en una situación de abandono' por parte de Gas Natural. Cuando se inauguró esta estación hidroeléctrica, en 1953, Unión Fenosa edificó un poblado con viviendas destinadas para los empleados de la central. Actualmente, según sostiene la agrupación vecinal, esta zona, antaño ajardinada e incluso con un mirador, 'se encuentra descuidada y llena de vegetación'. Incluso advierten de la existencia de puntos peligrosos en la zona, ya que algunas barandillas de seguridad que se encuentran junto a la carretera están oxidadas y 'nadie se ha presentado todavía a retirarlas'.

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