La batalla entre moros y cristianos de A Saínza (Rairiz de Veiga) congregó un año más a cientos de personas en el entorno de A Carballeira. Como viene siendo habitual, las huestes cristianas volvieron a expulsar a los hombres del califa Abderramán de la fortaleza medieval que hay en el lugar.
La 'cruel' batalla comenzó pasadas las doce del mediodía, e incluyó cañonazos y luchas con espadas durante casi una hora. Al final, el ejército moro se dio por vencido y sus generales izaban la bandera blanca con el objetivo de negociar su retirada. Una escena clásica, ya conocida por todos, pero no por ello menos seguida.
La escenificación fue seguida con atención por el numeroso público que aplaudió en varias ocasiones a los dos ejércitos, integrados en total por 70 hombres y mujeres, que al final brindaron la batalla, como manda la tradición, a la Virgen de la Merced, que fue trasladada en procesión desde la iglesia parroquial hasta el campo de la fiesta.
Durante la contienda no se registraron incidentes pese a las pequeñas explosiones de pólvora y las luchas con las espadas. Eso sí, Protección Civil estableció un amplio dispositivo para atender a la población ante cualquier tipo de incidente.
Tras la batalla, buena parte del público asistente se instaló por los montes que hay en la zona con el objetivo de comer al aire libre, dado que la mayoría suele acudir a la romería con la comida, aunque también puestos de pulpo y churrasco.
La fiesta, declarada de interés turístico gallego, continuó por la tarde y por la tarde con la actuación de las orquesta Oca y Panorama. El buen tiempo ayudó a que el campo de la fiesta se llenase de público durante toda la jornada.
La escenificación fue seguida con atención por el numeroso público que aplaudió en varias ocasiones a los dos ejércitos, integrados en total por 70 hombres y mujeres, que al final brindaron la batalla, como manda la tradición, a la Virgen de la Merced, que fue trasladada en procesión desde la iglesia parroquial hasta el campo de la fiesta.
Durante la contienda no se registraron incidentes pese a las pequeñas explosiones de pólvora y las luchas con las espadas. Eso sí, Protección Civil estableció un amplio dispositivo para atender a la población ante cualquier tipo de incidente.
Tras la batalla, buena parte del público asistente se instaló por los montes que hay en la zona con el objetivo de comer al aire libre, dado que la mayoría suele acudir a la romería con la comida, aunque también puestos de pulpo y churrasco.
La fiesta, declarada de interés turístico gallego, continuó por la tarde y por la tarde con la actuación de las orquesta Oca y Panorama. El buen tiempo ayudó a que el campo de la fiesta se llenase de público durante toda la jornada.
