Huye la cortesía y comienza el mal rollo. Bipartito y oposición han puesto fin anticipadamente a los 100 días de cortesía institucional. La última comparecencia del PP y algún 'malentendido' más, ya tienen su réplica.

La relación institucional, a golpe de reglamento

Rosendo Fernández (PP). (Foto: ARCHIVO)
Era miércoles y había reunión de la junta de gobierno local -órgano que viene a ser el núcleo duro de gestión del bipartito- en el Concello de Ourense. Era también el día en el que el grupo municipal del PP acostumbraba a conocer el acta de los acuerdos adoptados en la reunión del miércoles anterior y, sobre todo, el contenido de lo que se había tratado en la presente.
Ese día, anteayer, los populares esperaron infructuosamente por el orden del día, que no por el acta de la semana anterior, debidamente entregado en el despacho del semisótano que ocupa en el Consistorio, como manda el reglamento de funcionamiento de la Corporación local. Inquietos por la falta de información, el portavoz municipal, Rosendo Fernández, envió a su edil José Luis Valcarce al despacho de la concejala socialista Aurea Soto, en su calidad de secretaria de la junta de gobierno.


DRÁSTICA DECISIÓN

Vista la 'actitud' del PP, que 'no nos parece bien', la cortesía va a ser menor a partir de ahora, respondió Soto al atribulado Baiget. 'Dice que soy muy duro', argumentaba después el propio Fernández, que exigió sin éxito explicaciones a su homólogo socialista, Agustín Fernández. Sin éxito porque, asegura, el portavoz del PSdeG desconocía la decisión de su compañera que, desde luego, se mantendrá.

Faltan aún 14 días para que se cumplan los 100 de cortesía institucional pero la comparecencia popular destinada a sacar los colores del bipartito a propósito de la gestión de subvenciones, aderezada con diferencias y 'malentendidos' en juntas de área y comisión de pleno, la han hecho saltar por los aires.

A partir de ya, no habrá más órdenes del día, sólo actas de acuerdos aprobados; al fin y al cabo esta era una graciosa concesión del bipartito al PP del mandato anterior. 'Volvemos a la situación de cuando nosotros, los socialistas, éramos oposición', remachaba Soto; 'lo mismo que hace el Ejecutivo gallego con la oposición tras cada Consello de la Xunta', apostillaba. 'Un ejemplo de falta de talante democrático', decía Rosendo Fernández; 'nos impiden nuestras labor de control', se quejaba, airado.


Y DE GUINDA, O PINO

Pero aún hay más. El resultado del referéndum de los vecinos de O Pino por la construcción o no de aceras en dos calles del barrio afectadas por las obras del AVE, discrepa de la moción que defendió en el pleno del pasado viernes, cuando pidió aceras en Santa Catalina y Tras Ferrocarril. Los residentes en ellas votaron, por 41 votos frente a cuatro, que las cosas queden como están, sin beirarrúas, que pueden aumentar el impacto de las expropiaciones y amenazar sus casas. Ideal para el bipartito que sacó un duro comunicado poniendo en evidencia al portavoz popular. Suma y sigue.

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