El reto de las aulas, un mes después

Esta semana se cumple un mes del regreso a las aulas de los alumnos de Infantil y Primaria, tras un curso que acabó desde casa. Con mucha incertidumbre, principalmente por parte de los padres, los niños regresaron bajo un clima de dudas derivado de los protocolos, sobre los que llegaban novedades cada día. "Las primeras semanas fueron una locura, porque había mucha inseguridad y cambios constantemente", señala Toni García, profesor y escritor gallego que fue Premio EDUCA al Mejor Docente de España en 2018. Hasta ahora, contando que hace casi dos semanas se incorporaron al curso escolar los alumnos de ESO y estudios superiores, la provincia contabiliza 82 casos positivos repartidos en 40 centros de enseñanza afectados, siendo uno de ellos una escuela infantil. Entre ellos se encuentra el colegio que ha registrado más casos hasta el momento en toda Galicia, con 11 en el CEIP As Mercedes. Un total de diez aulas permanecen cerradas a causa de los contagios y los alumnos siguen formación desde sus hogares. Todas estas incidencias afectan al día a día de los profesores, que han duplicado sus tareas en esta vuelta al curso. "La vuelta al cole de los niños ha sido posible porque los maestros están trabajando a un 200%, especialmente los equipos directivos", comenta García. Los controles de entrada escalonada, pero también de la higienización de los alumnos o la desinfección de aulas, complementan su trabajo. "Ahora ocupamos muchas horas en priorizar su salud y relegamos un poco la formación curricular", señala. El pasado fin de semana se puso sobre la mesa que, si las autoridades sanitarias lo recomiendan, los colegios podrían cerrar y volver a la enseñanza telemática en Ourense. García considera que, una vez iniciado el curso, "deberíamos intentar continuar con las clases". Pese a ello, reconoce que si la situación epidemiológica empeora, el "riesgo" para niños y profesores sería mayor: "Llegado a cierto punto, creo que habría que volver a ese sistema porque los centros de enseñanza pueden ser una bomba vírica tremenda si no se controlan los contagios", apunta García. La disparidad de formas de actuación antes casos positivos en los diferentes territorios del país, incluso dentro de ellos, es uno de los "grandes problemas" generados por la administración. "El no tener una línea clara común a nivel nacional impide que padres y docentes estemos más tranquilos, porque veríamos que se están tomando medidas serias", destaca. Educación especial El docente echa en falta la elaboración de un protocolo a nivel nacional para los niños de educación especial. "Las autonomías están yendo a su libre albedrío, porque la administración central no ha tomado ninguna decisión sobre la línea de actuación con estos niños", resalta García. Estos alumnos requieren de otro tipo de atención por parte del profesorado, que todavía no tiene clara la forma de proceder en las aulas con ellos. "Algunos de estos alumnos, como pueden ser lo que tienen autismo, que no comprenden del todo la situación y a veces se hace imposible mantener la distancia de seguridad", indica. Por ello, reclaman un protocolo específico para este alumnado que, un mes después, no cuenta con él.