El alcalde y sus concejales más próximos se quedaron solos en la inauguración de la Casa da Maxia, reconvertida en ampliación del centro cívico de Colón, al no asistir ni los díscolos ni la oposición

Retrato de un desencuentro: tú a Velle y yo al Casco Vello

A estas alturas, con dos plantones en sendos plenos a sus espaldas, no es que los concejales socialistas que gobiernan en minoría la ciudad no se molesten en esconder sus discrepancias, es que parece que se esfuerzan por escenificarlas.
La mañana de ayer fue un claro ejemplo. Si los díscolos se trasladaron a Velle a conocer los efectos del temporal del pasado fin de semana -reunión que no fue incluida en la agenda oficial del Concello-, los afines al alcalde se agruparon en torno a lo que un día fue la Casa da Maxia y que hoy sólo conserva el nombre, pues ahora sirve de apoyo al centro cívico de Colón. Eso sí, ninguno de los dos grupos estaba completo. En Velle, y a pesar de los anunciado, faltaban Mónica Vázquez y Antonio Rodríguez Penín, mientras que en el Casco Histórico no se vio a Áurea Soto. Y si en Velle son más justificables las ausencias -no todos los concejales van a todos los actos del Concello-, en la Casa da Maxia son más evidentes. Y es que tradicionalmente, la apertura de una nueva instalación municipal solía reunir a buena parte del gobierno local y a la oposición (que, por cierto, tampoco asistió).

Preguntado sobre la reunión convocada en Velle, Agustín Fernández aseguró que 'calquera concelleiro no ámbito das súas competencias desenvolve as súas actividades e realiza as visitas que considere oportuno'. Aunque aseveró que 'estaba informado' del encuentro con los vecinos en Velle, el alcalde ubicó la reunión del otro grupo en Oira. Fuera o no un lapsus, insiste en que estas discrepancias no afecta al funcionamiento del Concello.

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