Satisfacción por el fin de una larga interinidad

La designación de José Leonardo Lemos como nuevo obispo de Ourense desencadenó ayer un torrente de reacciones entre los principales agentes de la vida política, social y religiosa de la provincia.
Desde el ámbito político, el alcalde de Ourense, Francisco Rodríguez, hizo referencia 'a que se trataba dun nomeamento moi esperado pola maior parte dos cidadáns', aunque precisó que 'foi bastante incomprendido por todos os rumores que houbo e porque foi unha designación que se fixo esperar'. Asimismo, deseó suerte al nuevo obispo y expresó la voluntad del Concello de Ourense de colaborar con la Diócesis.

El presidente de la Diputación, José Luis Baltar, se mostró satisfecho por el nombramiento, argumentando que la provincia no podía seguir más tiempo sin un cabeza visible. Calificó la noticia de positiva y tendió la mano a Lemos para mantener una actitud colaboradora y dialogante entre el Obispado y la institución que dirige.

Desde el ámbito religioso, el delegado diocesano de medios de comunicación en Ourense, Jorge Estévez, hizo referencia a la 'enorme alegría y esperanza' por la designación, dado que -dijo- 'llevábamos mucho tiempo sin obispo'. Por otro lado, apuntó que los retos a los que se enfrenta Leonardo Lemos en la provincia son los de cualquier otro responsable religioso con idéntico cargo: 'Crear un fuerte vínculo de unión entre los religiosos y trabajar con ganas ante las actuales preocupaciones de la Iglesia, como la la secularización de la sociedad'.

Emilio Outomuro, párroco en Punxín, sostuvo que el nuevo obispo deberá marcar las directrices 'para captar vocaciones'. Este sacerdote se muestra 'contento' por el nombramiento, aunque, -dice- 'ha tardado casi dos años en ocurrir y no sabemos el motivo, es raro'. Con todo, resume el sentir general de sus compañeros (la Diócesis tiene más de 300 sacerdotes) afirmando que ahora 'debemos lograr estar en comunión con él'.

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