De segunda mano, también muebles

photo_camera Establecimiento especializado en la venta de muebles de segunda mano.

El ahorro es la principal causa por la que los puntos de compra-venta de mobiliario doméstico, físicos y en internet, tienen cada vez más importancia en el comercio, sobre todo desde el inicio de la crisis económica. 

Son muchos los motivos que llevan a compradores y vendedores a coincidir en tiendas de segunda mano y compra-venta, pero es principalmente una la causa que los hace coincidir: el ahorro. Desde hace unos años, es cada vez más habitual encontrarse con una tienda que se dedique a vender enseres ya utilizados, como libros, discos de música o videojuegos. Lo que está todavía emergiendo es este tipo de comercio con mobiliario doméstico.

Como en cualquier transacción, hay quien vende y hay quien compra. La mayor parte de los vendedores responden al mismo perfil. “Son gente que quieren deshacerse de los muebles de su casa y antes de tirarlos a la basura prefieren obtener un beneficio de ellos”, dice María de la Paz Fernández, propietaria de “+Knuevo”, uno de los establecimientos de compra y venta de la ciudad. “En la mayoría de las situaciones se trata de querer reformar la vivienda, bien porque ya no les gusta, porque se han pasado de moda o porque han heredado un piso de sus abuelos y quieren decorarlo a su antojo”, explica la gerente. El mobiliario correspondiente a una cocina, a un salón o a una habitación es el más habitual, “aunque también vendemos artículos sueltos, como una mesa, un sofá o un colchón con su somier”, añade.

Reducción de costes

La otra cara de la moneda corresponde a los compradores. “Estamos amueblando un piso para alquilar y nuestra situación económica no nos permite comprar sofás nuevos”, explican Rodrigo Álvarez y Ana Alonso. La crisis y el consecuente paro laboral son la causa principal por la que, sobre todo jóvenes recién independizados, recurren a estos puntos de venta. “Un sofá estándar en una tienda de muebles no baja de los 500 euros y a nosotros nos ha costado 180. Por el precio de uno nuevo podemos amueblar el comedor entero”, añaden.

En general, la concepción es que el mobiliario que se vende en estos establecimientos se caracteriza por desperfectos y antigüedad, pero la realidad dista mucho de eso. “A mí no se me ocurriría ir a comprar una cocina nueva sin antes intentar conseguir una de segunda mano”, dice José Carlos Conde, mientras espera a ser atendido en el comercio. “Se puede dar el caso de que alguien que acaba de instalar los muebles y electrodomésticos 'de paquete' se tenga que mudar de ciudad y, para evitar los costes de la mudanza, venden esos para comprarse otros”, explica.

Dentro de este grupo, hay también un colectivo muy beneficiado de esta práctica, los coleccionistas y amantes de lo “vintage”. “Sobre todo decoradores, vienen en busca de piezas antiguas porque les gusta mezclar lo actual con lo de otras épocas”, dice Fernández refiriéndose a “un sofá de piel rojo que, en cuanto llegó a la tienda, voló”. Y lo mismo pasa con los cuadros, los relojes, las cortinas o las alfombras.

Y en todo este proceso están los intermediarios, que también sacan un beneficio económico con dos procedimientos. Hay establecimientos en los que el vendedor fija un precio para la venta de los muebles, a los que denominan depósito. Cuando aparece el comprador, el porcentaje mayoritario -que ronda el 80%- es para el propietario y el resto -el 20%, generalmente- se convierte en la ganancia para el intermediario. La otra opción corresponde a una transacción común. El comerciante compra el mobiliario luego de llegar a un acuerdo con el vendedor y después lo pone a la venta valorado según su criterio, dependiendo del estado del producto.

Pero es un tipo de comercio todavía emergente en locales físicos. Donde sí que está en pleno auge es en internet. Son muchas las plataformas virtuales en las que los ciudadanos pueden poner a la venta todo tipo de productos, esperando a que algún interesado los compre. Desde el inicio de la crisis económica, las cifras se han disparado, sobre todo en enseres “estrictamente” necesarios, como electrodomésticos, vehículos y, una vez más, los muebles para el hogar e incluso para oficinas.

Según un estudio realizado por uno de estos portales (Segunda Mano), en España se venden objetos usados por un valor de más de 2.300 millones de euros. Con fecha de 2014, se publicaron alrededor de 110.000 anuncios para la venta de muebles. En la provincia de Ourense, cada día se registra una media de dos anuncios diarios y una de cada tres ventas se realiza en la primera semana después de ser publicado.

En definitiva, una práctica en la que, sea cual sea el motivo, todos los agentes participantes salen ganando y ahorrando.

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