Las explotaciones de porco celta en Beariz y de bovino en el Macizo Central se resienten

La sequía y el alto coste del pienso amenazan la ganadería

Ejemplares de 'porco celta' se alimentan de los pastos de Lebozán. (Foto: MIGUEL ÁNGEL)
La ausencia de precipitaciones en la provincia está derivando en una sequía progresiva con reflejo directo en el estado de los ríos o embalses, pero también en los campos de pasto para el ganado, lo que obliga a los propietarios de las explotaciones pecuarias a la adquisición de piensos y forrajes a unos precios muy elevados en el mercado actual. Estos productos han sufrido un incremento de costes entre el 25% y el 30 % en el último año.
Es el caso de la Sociedad Agraria de Transformación (SAT) de Oural, integrada por ocho socios que, desde hace siete años, regentan en el monte comunal de Lebozán, en el municipio de Beariz, una explotación dedicada a la cría de porco de raza celta que acoge a unos 300 ejemplares. Los integrantes de la entidad acondicionaron recientemente una superficie de 150.000 metros cuadrados (15 hectáreas) y acometieron en ella una plantación de avena, uno de los cereales más apreciados para la alimentación de los cerdos. 'Pero como no llueve, las plantas de avena todavía no tienen espigas y no podemos suministrar el grano a los animales', señala José Balboa, portavoz de 'Oural'.

Por este motivo, los responsables de la explotación han tenido que recurrir a la compra de pienso, que debido a las características biológicas de la raza porcina celta debe reunir unas condiciones especiales en cuanto a porcentaje de nutrientes y, consiguientemente, con un precio muy elevado.


COMERCIALIZACIÓN

'Nos están cobrando una tarifa de 400 euros por cada 1.000 kilos (una tonelada) de este tipo de pienso, que incluye cebada, trigo, centeno y maíz', indica Balboa. Esto significa un desembolso mensual de entre 6.000 y 8.000 euros, ya que los cerdos en periodo de cría dentro de la explotación consumen entre 15.000 y 20.000 kilos cada mes. Un elevado gasto que, por el momento, se ve compensado con la comercialización de los ejemplares.

Al respecto, José Balboa, también presidente de la Asociación de Amigos do Porco Celta, estima que una media de 20 animales salen mensualmente para su sacrificio y posterior despiece, es decir, una cantidad aproximada de 300 kilos de carne que se vende a un precio de 40 euros por kilo.

Los socios de 'Oural' comentan que están pasando por una época con dificultades, debido a la falta de una alimentación natural para los cerdos, si bien 'no está representando un problema para la calidad de su carne, que está sometida a controles por parte de las autoridades sanitarias'.


MACIZO CENTRAL

Mientras, la lluvia hizo su aparición en el oriente provincial ayer tarde. No obstante, mucha agua tendría que caer para que los ganaderos del Macizo central pudiesen ver el futuro despejado. La falta de forraje y la elevación de su precio, que se encareció en casi un 30% llevó el desánimo a las explotaciones de las comarcas de Trives y Caldelas.

'Moita xente está vendendo os animais en vez de comprar forraxe', aseguró Manuel Carballo, propietario de una explotación de 500 cabezas de vacuno, en Montederramo. Dijo que 'o precio do cereal e do forraxe estase disparando e a previsión é de que vai subir máis'. Añadió que el problema aún será más grave dentro de un año, al no quedar reservas de alimento. En Chandrexa, la familia de José Pérez posee 600 reses de ganado ovino. Este ganadero coincidió en resaltar los problemas surgidos a la hora de alimentar el ganado. 'Outros anos, por esta época había comida nos pastos e agora temos que alimentar o gando con forraxe, pero como non o hai, se o queremos temos que pagar máis'.

El responsable local de Xóvenes Agricultores, Pedro Rodríguez, indicó que este sindicato reclamó al Gobierno central varias medidas, como el adelanto de las subvenciones de la Unión Europea, la exoneración de la Seguridad Social y la intervención de los mercados para frenar la escalada de precios.

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