El Sergas licita otra vez la gestión de espacios del CHUO

La ausencia de ofertas para la gestión del mantenimiento no sanitario del Complexo Hospitalario de Ourense, incluido el nuevo edificio de hospitalización aún por construir, ha obligado al Sergas a convocar un nuevo concurso. El anterior, del año pasado, quedó desierto y tampoco se pudo resolver a través del posterior procedimiento negociado, porque la obligatoriedad, para la empresa adjudicataria, de aportar 14 millones de euros con objeto de contribuir a la construcción del nuevo edificio, frenó el interés de las empresas especializadas y de cualquier otra.
En este tercer intento, la Gerencia de gestión integrada firmó la apertura de un nuevo proceso de licitación, publicado en el Diario Oficial de Galicia del 31 de diciembre, que modifica las bases del anterior para hacerlo más atractivo a las empresas. Sigue siendo paralelo al de construcción del nuevo edificio de hospitalización y no sólo eso, sino que aquél condiciona éste, aunque el Sergas ha asegurado que el inmueble, que permite la ampliación del Plan Director del CHUO, está fuera de toda duda, aunque aún no está completado el proceso de adjudicación de la obra. Puede ocurrir que tenga que pedir una prórroga de seis meses para evitar la pérdida de fondos europeos, destinados a tecnología, dentro del Plan Innova Saúde y Hospital 2050.

El nuevo pliego de condiciones mantiene la obligatoriedad del abono de 14 millones, pero ahora a plazos, de forma que en el primer año no supere los cinco millones de euros, según advirtió la diputada socialista Carmen Acuña. Además, se amplía el tiempo de la concesión, de 10 a 15 años y un mes, y la cuantía del contrato, que pasa de 150 millones de euros a 225.348.565 euros. El 17 de febrero se acaba el plazo para recibir ofertas.

El CHUO precisó ayer que este proceso no afecta a la obra del edificio de hospitalización, pendiente de esa adjudicación y que recientemente comprometió otra vez el presidente autonómico, Núñez Feijóo.

Pero Acuña cree que hay un intento privatizador para los próximos 15 años y, lo que es peor, se frena la participación de pequeñas y medianas empresas de mantenimiento gallegas, por la cuantía de los 14 millones que debe aportar. De hecho, augura problemas por el malestar existente entre ellas.

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