SUCESO

Socorro Pérez fue escogida al azar: “Paseaba por el lugar equivocado"

La UDEV examinó un millón de conexiones telefónicas para saber quién estaba en el Seminario, y a 1.200 agresores sexuales

La Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de la Comisaría de As Lagoas recabó buenas y malas noticias en estos días sobre la investigación que le costó la vida el 2 de mayo a Socorro Pérez (43 años) cuando salió a practicar deporte. Por un lado, el Grupo de Análisis de Conducta de la Comisaría General de Madrid, que estuvo hace más de un mes en la ciudad, elaboró un perfil del autor en torno a una línea de investigación contemplada desde el principio por la Policía ourensana. Según valoran fuentes policiales, "el trabajo de la UDEV fue bien encaminado desde que se hizo cargo del caso", señalan.

La víctima, según se plantea, no conocía a su agresor. Fue abordada de forma casual, al azar, aprovechando que el lugar es poco transitado. "La hipótesis principal es que el homicida era una persona desconocida para ella", aseguran fuentes de la investigación y que "paseaba por el lugar equivocado".

Paralelamente, los laboratorios forenses enviaron los resultados de los vestigios recogidos en el Alto del Seminario, el lugar donde apareció el cadáver un mes después, pero no permiten hallar un perfil de ADN con el que aproximarse al autor. En un primer momento, los investigadores habían remitido restos de las prendas deportivas que vestía la mujer, las ramas con las que estaba cubierto el deteriorado cuerpo, una piedra con sangre, pelos y hasta piezas dentales (permitieron identificar a la fallecida), pero en una segunda tanda, siguiendo el protocolo, remitieron un reloj que la familia atribuyó a la víctima. Este último presentaba restos de ADN por dentro y por fuera de la correa de de cuero pero la muestra, según determinó ahora el laboratorio científico, no es suficiente para hallar el perfil genético. "Los avances en el terreno del ADN son continuos y puede que más adelante nos permita saber a quién corresponde la muestra", destacan fuentes policiales.

El avanzado estado de descomposición del cuerpo ya había imposibilitado que el Instituto Nacional de Toxicología obtuviera marcadores genéticos que confirmasen una agresión sexual, la principal hipótesis de trabajo de la Policía. De hecho, según reconoció ayer, "se investigó a 1.200 agresores sexuales en toda Galicia".

Pero a falta del ADN del autor, los agentes policiales están recurriendo a otras vías. Según pudo saber ayer este diario a través de fuentes cercanas al caso, la UDEV analizó cerca de un millón de conexiones telefónicas (llamadas, conexiones a internet, mensajes...), las que se produjeron el día de la desaparición de Socorro Pérez y que quedaron registradas en el repetidor del Seminario. Ante la imposibilidad de saber el día y hora exactos de la muerte (la autopsia no lo concreta), la Policía amplió el muestreo a día y medio desde que se tuvo constancia de que salió de casa (sobre las cinco de la tarde del sábado 2 de mayo). El millón de conexiones quedó reducido a algo más de 3.000 tras dos meses de intenso trabajo, discriminando las llamadas telefónicas y mensajes que van a ser escrutados a partir de ahora.

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