La patronal del sector ya planteó ante la Xunta un cambio en las concesiones para frenar la caída de la demanda y la reducción de servicios

Sólo un 5% de los que se desplazan lo hace en una línea regular de autobús

Una usuaria sube al autobús en Allariz para desplazarse a Ourense. (Foto: M. ATRIO)
La despoblación en el medio rural y el incremento en el uso del transporte privado han reducido drásticamente los usuarios que utilizan el autobús para sus desplazamientos, hasta el punto de que sólo el 7,3% de los desplazamientos cotidianos se efectúan en ese medio de transporte y de que únicamente un 5% (en el resto del Estado el porcentaje sube a un 8,5%) de todos ellos se corresponden con viajes de larga distancia (se consideran así los de más de 50 kilómetros, que son los que unen los puntos más alejados de la provincia con la capital).
Esto ocasiona la paulatina caída de líneas y servicios pero, a su vez, genera más quejas de los habitantes que quedan en estas zonas más alejadas de la ciudad (hacia donde se dirigen la mayoría de los servicios) que alegan que uno de los inconvenientes de vivir en el rural es precisamente la falta de transporte.

LA PROPUESTA

Por ello, la patronal de empresas de transporte de línea regular de viajeros ha planteado una propuesta a la Xunta que consiste en establecer una división zonal de la provincia de forma que la misma empresa que preste el transporte escolar en esas áreas sea la encargada de asumir las líneas regulares, para así compensar los ingresos entre ambos servicios.

Se trata de un planteamiento diferente a la de Tes+Bus (el uso compartido de viajeros ordinarios y escolares siempre que existan plazas libres), que Antonio Piña, presidente de Orencar, reconoce que es escasamente utilizado, porque los trayectos de unión con las zonas escolares no siempre coinciden con lo que interesa al resto de usuarios. Piña explica que 'el problema de la mayor parte de los trayectos es que no hay viajeros, porque las aldeas se quedan desiertas y la gente cada vez tiene más coche propio'. Según asegura, 'hay muchos viajes en los que no se gana ni para pagar el gasoil ni para el sueldo del chófer, y así no se puede aguantar'. Pero a pesar de que muchos servicios no son rentables, se siguen prestando porque lo establecen las concesiones y los alcaldes se niegan a que se retiren.

Las empresas demandan también que el número de servicios que se prestan al día se ajusten a las necesidades. Y otro de los problemas para el sector es la ubicación de la estación de autobuses en la ciudad, que al estar tan alejada del centro desmotiva a los usuarios.

Además, Fidel Martínez, presidente de la Asociación provincial de transporte de viajeros por carretera, explica que en el transporte discrecional (no regular) y escolar el sector perdió desde 2009 un 30% de usuarios, fruto de la crisis y del escaso uso del autobús. 'La agonía se alarga', asegura, pero aún perviven numerosas empresas eso sí, con una media inferior de autobuses disponibles (15) a la de hace tres años (20).

Desde la Xunta reconocen la complejidad de la mejora del transporte en el rural porque existen concesiones que hace 30 años eran rentanbles, pero ahora no, manifiesta el conselleiro de Medio Ambiente, Territorio e Infraestructuras, Agustín Hernández. Por ello, dice estar trabajando desde el punto de vista legislativo para habilitar nuevas iniciativas de manera que los ciudadanos tengan una oferta de transporte accesible, a través de una nueva Lei do Transporte Público. Recuerda que, en todo caso, será necesario implantar nuevas actuaciones que ajusten el servicio a la realidad, especialmente en el rural, así como completar la implantación del transporte metropolitano.

José Martínez, conductor: ‘El servicio en los pueblos se muere'
Pese a superarse ya una década del siglo XXI, hay lugares desde los que viajar hasta la villa más cercana, la que ofrece los servicios básicos a los pueblos, es una auténtica epopeya. Es el caso de los vecinos del municipio de A Mezquita cuando tienen que desplazarse a Verín, su villa de referencia, para acudir al médico, a un banco o al supermercado. Si han perdido el transporte escolar, o es época de vacaciones en la enseñanza, deben tomar un tren en la estación de A Vilavella a las ocho de la mañana -el madrugón es, pues, notable- que los traslade hasta A Gudiña. Allí deben estar antes de las 10 horas, para subirse al autobús con destino a Verín. Pero es peor al regreso: la línea regular de autobús, que sale de Verín a las 13 horas, los deja nuevamente en A Gudiña y desde allí deben utilizar el taxi para llegar a casa.
José Martínez es conductor de la empresa Socitransa y todos los días hace el trayecto desde A Veiga a Verín, por Viana, A Gudiña y Riós, con la peculiaridad de que termina el viaje no en la estación de autobuses, sino en el Hospital. 'La empresa decidió continuar hasta allí porque la mayoría de los viajeros vienen a visitar a familiares que están ingresados', asegura, recalcando que el medio rural está 'muy mal' en lo que a transporte público se refiere. 'Reconozco que las empresas apenas tienen viajeros, pero a este paso todos los pueblos quedan sin servicio de transporte', afirma.
En su autobús viajan también a diario habitantes del municipio de A Mezquita, los que suben al vehículo en A Gudiña. 'Desde A Mezquita vienen en tren y después se suben al autobús', dice asombrado, recalcando que la situación de estos vecinos 'es sangrante'.
A juicio de este conductor, la solución para el medio rural es complicada, aunque reconoce que las distintas administraciones públicas deberían poner más empeño en mantener los servicios de transporte a todos los pueblos. 'Yo hago la ruta por la carretera N-525, para dar servicios a los pueblos por los que paso. Los vecinos que tienen el domicilio cerca de la carretera no tienen ningún problema, pero los de los pueblos más alejados tienen que regresar a sus casas o desplazarse a la parada caminando y hay que reconocer que la mayoría de los viajeros son gente mayor', explica el chófer.
Es similar la situación de Laza, donde no hay servicio regular entre los pueblos y la capitalidad y muy mala con Verín. El alcalde, José Ramón Barreal, dice que las empresas incumplen las condiciones y ha amagado con denunciarlas, pero no ha llevado a término la medida.

El autobús de Cualedro a Verín sólo va si hay feria
La supresión de líneas y la disminución de viajeros se reparte por toda la provincia. También en la comarca de Monterrei es reciente el caso de Feces de Cima, perteneciente al Concello de Verín, que en junio, cuando acaben las clases, se queda sin servicio de transporte porque hasta ahora usa el escolar, que desaparece en el próximo curso porque se queda sin alumnos usuarios, para desplazarse a Verín. Los vecinos ya han demandado una alternativa y el teniente de alcalde, Enrique Díaz, dice ser consciente de la situación, por lo que anuncia una negociación con la empresa concesionaria de la línea en esta zona para garantizar el servicio.
En otros casos hay servicio, pero es tan reducido que apenas se utiliza. Ocurre con las localidades de Cualedro como A Pedrosa, Lucenza, A Xironda, Saceda, Vilela, Santa Eulalia, Penaverde o San Millán, donde los vecinos solamente disponen de un servicio de autobús dos días a la semana para trasladarse a la capitalidad municipal. Y para desplazarse a Verín, donde tienen fijada la atención sanitaria, deben recurrir a taxis y coches privados, dado que el trasporte público sólo funciona tres días al mes, cuando es feria en Verín. Si no, sólo queda la línea que sale de Ourense y llega a Verín (o viceversa) por la vieja carretera, pero a una hora inútil para el usuario. Esta misma situación se repite en los municipios de Vilardevós, Laza, Oímbra y Riós.
Lograr una combinación óptima con la ciudad de Ourense es uno de losobjetivos que persigue el actual gobierno de Carballiño. Para ello, el alcalde, Argimiro Marnotes, está pendiente de la autorización de la Xunta para centralizar los servicios de autobuses y trenes en la estación de ferrocarril. Se pretende mejorar el servicio, atendiendo a las necesidades de los usuarios, compatibilizando trenes y autobuses, tanto en dirección a Ourense como desde la ciudad a Carballiño, ahora que la comunicación es inmejorable.

El anticipo
La supresión de las líneas en Terras de Celanova y la Baixa Limia con la capital se produjo en el verano de 2007. En aquel año, la empresa concesionaria (Anpian), realizó una fuerte reducción de líneas provocando decenas de críticas y la recogida de más de un millar de firmas por parte del BNG, que criticó la “dejadez” de buena parte de los concellos que no presentaron alegaciones en su momento a la propuesta de Anpian de reducir los servicios. Las protestas no sirvieron de nada y los usuarios tuvieron que adaptarse a los nuevos horarios o bien buscarse otros medios de transporte,
En Valdeorras y Conso-Frieiras, el caso más llamativo fue la supresión del autobús que diariamente cubría la línea Viana-Ourense, que redujo a solo un viaje de ida (lunes) y uno de vuelta (viernes) los servicios. Ventura Sierra, alcalde de Vilariño de Conso, concello que se queda sin servicio de transporte público de carretera, indicó que la línea queda únicamente para los estudiantes que viajan a Ourense y que regresan al pueblo el fin de semana.

Te puede interesar