Educación

La última “videollamada" del curso para 30.000 ourensanos

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photo_camera Videoconferencia de una clase de Salesianos de tercero de Primaria.
Finalizó el calendario escolar marcado por el covid-19: "Ha sido un reto, también emocional"

Juan Aguado (Ourense, 1992) lleva tres años dedicándose a la enseñanza y este se estrenó como tutor de 2º de la ESO A, en el IES Ramón Otero Pedrayo. El curso más atípico de la historia se cerró este viernes por videollamada para más de 30.000 ourensanos matriculados en las etapas de Infantil, Primaria, Educación Especial, Secundaria y Bachillerato. Un centenar de esos alumnos son los de Aguado. "Ha sido un reto complicado, pero no solo a nivel educativo. También emocional. Lo que más me gusta de mi trabajo es el día a día en el instituto, el contacto con los alumnos, el ambiente que se respira en los pasillos… Creo que la compañía emocional en estos meses se ha vuelto más importante. Me di cuenta de que tenía que estar a su lado más que nunca, aunque fuese a través de una pantalla", explica este profesor. El ordenador salvó distancias, pero familias, profesorado y alumnado esperan un septiembre que se parezca más a la "vieja normalidad". "La presencia del profesor en el aula es insustituible", dice Aguado.

Profesor 24/7

El contacto aún más permanente con las familias, la adaptación en tiempo récord a la enseñanza online y el diseño de nuevas maneras de impartir las clases marcaron el último empujón del curso educativo. La despedida estuvo a la altura: profesores casi youtubers, vídeos de hasta pronto con los que más de uno soltó una lágrima y el deseo unánime de volver al aula. "Al final te conviertes en profesor 24/7. He atendido dudas incluso por Instagram. Mis amigos llegaron a pedirme que bajase el ritmo y atendiese también sus videoquedadas", bromea Aguado.

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Encuentro online de parte de los alumnos de 2º de la ESO A, en el IES Otero Pedrayo. 

"Nunca había sido tutor y esta forma de estrenarme fue como si en un videojuego nuevo te saltas el modo principiante y te vas al experto. Pero estoy contento. Fue un aprendizaje valioso y me gusta ser tutor, volveré a ofrecerme para ello".Para Juan Aguado la última videollamada con los chavales fue especial. "Despedirse a través de una pantalla es difícil, y en mi caso todavía más, porque mi destino es provisional y ni siquiera sé si les podré acompañar el año que viene. Es una teledespedida descafeinada que nunca se podrá comparar con la calidez de un cariñoso abrazo". 

Montse Couñago dirige el Colexio Plurilingüe Guillelme Brown. Suspira con el fin de curso: "La despedida es extraña, fue todo muy raro. Pero dentro de lo que cabe, los padres están contentos. Las clases online ayudaron a no perder el ritmo. Dicen que fue llevadero poder ver a los compañeros y a los profesores todos los días en la pantalla. Aunque como el contacto diario, no hay". Los que sí se juntaron, con las medidas de seguridad, fueron los profesores del centro para enviar una despedida a las familias con un vídeo y agradecerles su "entrega y esfuerzo" durante estos meses.

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Profesores del Guillelme Brown se despiden de las familias con carteles y un emotivo video. 

Lupicinio Peña, director de Salesianos, recuerda que el vídeo de despedida "fue muy emotivo, con lagrimitas y todo". Los de 6º de Primaria recordaron seis años de etapa educativa con sus profesores. 

Trabajo de profesores y familias

"De estos meses, me quedo con el trabajo que han hecho los profesores y las familias en casa, pero también a nivel emocional. Se mantuvo la llama y hubo una unión muy grande. Todos con ganas de volverse a ver. Esperemos que en septiembre sea con la máxima normalidad posible". dice Peña.

En los Maristas de la ciudad, los que sí han podido volver al aula por unas semanas, el alumnado de 2º de Bachillerato, hicieron ayer un simulacro de las pruebas de Selectividad. Ellos sí despiden para siempre del instituto. Muchos, sin pantalla de por medio. 

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