Las vallas cumplen cuatro años en el Puente Romano

Las vallas se colocaron por riesgo de derrumbe en junio de 2018. (JOSÉ PAZ)
photo_camera Las vallas se colocaron por riesgo de derrumbe en junio de 2018. (JOSÉ PAZ)
La Xunta prevé licitar las obras de reforma en el primer trimestre de 2023

Las vallas de la acera del Puente Romano, colocadas por riesgo de derrumbe, cumplen ya cuatro años, y todo parece indicar que llegarán a los cinco. Tras las disputas entre administración local y autonómica por la titularidad, la Xunta daba un paso adelante el pasado abril al incluir la reforma de la zona en el proyecto de senda peatonal norte-sur de la ciudad. Aún así, las vallas todavía permanecerán durante meses, ya que se prevé que la licitación de las obras no dé comienzo hasta el primer semestre de 2023. 

De esta forma, la rehabilitación podría arrancar entre finales de 2023 e inicios de 2024, si los plazos previstos se cumplen. Previo a las obras será necesaria la expropiación de la acera, ya que la Xunta considera que es la “única forma” de salvar las trabas jurídicas y de propiedad que presenta actualmente. 

Varias fases

La Axencia Galega de Infraestructuras trabaja en la elaboración del proyecto de senda peatonal y ciclista de la ciudad, que contempla una ruta  desde la estación intermodal hasta Benposta. La reforma de la acera del Puente Romano se incluye dentro de la adecuación de la senda del río Barbaña, que la Xunta prevé sacar a información pública en otoño (ya que incluye expropiaciones) para  licitar en el primer trimestre de 2023. 

La humanización de la avenida de As Caldas -que conecta intermodal y Puente Romano- también está incluida en el proyecto. Esta parte del proyecto podría estar aprobado ya en otoño, para a continuación ser licitado. La intervención en la calle contempla la mejora de la integración urbana y paisajística de la misma, según los planes de la Consellería de Infraestructuras.

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