Contra todo pronóstico, los vecinos del casco histórico de As Curuxeiras podrán tomar las uvas conectados a internet. Cuando vieron llegar a los operarios para comenzar a instalar la fibra este mes de noviembre, les desbordó tal alegría que les invitaron a cerveza. Pero ellos, unos auténticos héroes sin capa para los residentes en el barrio, siguieron concentrados en su tarea. “Saíron das fincas co cable ao ombreiro. Fixeron un traballo brutal”, aseguran.
La instalación se completará a principios de diciembre, y entonces ya podrán contratar el servicio. José Manuel García, presidente de la asociación vecinal As Laxas, recuerda que “estabamos discriminados. Mandaramos escritos durante anos ao Ministerio de Industria, á Xunta, ó Concello… Seixalbo xa tiña fibra, Santa Mariña tamén, e só quedábamos nós e Zaín sen ela”. Y esta carencia afecta al desarrollo de los más pequeños: “Os nenos de As Curuxeiras estaban en inferioridade de condicións, porque non podían facer os deberes na casa. E para teletraballar o mesmo”, añade.
Otro vecino, Serafín Gulín, recuerda la imposibilidad de realizar trámites telemáticos, algo que esperan dejar pronto atrás, así como la necesidad de pagar más para disfrutar de una conexión propia del siglo pasado. “Cuando vi que llegaban a instalar la fibra, casi lloro”, añade Vanesa Bautista, que lleva cuatro años residiendo en la zona, y ya perdió oportunidades laborales por culpa de la red. “Na miña casa, o mellor día, rexistro oito megas de entrada, e de saída dous”, concluye García.