Dieciséis vecinos de la pequeña localidad de Vilariño da Veiga (Xunqueira de Ambía) acudían a última hora de la noche de ayer al Complexo Hospitalario de Ourense con la intención de hacer análisis que determinasen si están envenenados. La Guardia Civil les recomendó esta medida al hallar por la tarde 40 bolsas de raticida en el manantial que surte a la fuente pública de la que se abastecen casi todos.
El Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona), alertado en el día de ayer por los propios vecinos, acudía al lugar al descubrir los propios afectados de forma casual algunas de las bolsas del veneno, tras retirar una piedra. 'La fuente manaba poca agua y decidimos quitar la piedra para saber si el manantial estaba tupido', relataba uno de ellos. Su sorpresa tornó pronto en preocupación ya que desde hacía meses habían notado un sabor extraño en el agua. 'Un sabor amargo', describen.
Y la preocupación en miedo cuando comenzaron a recordar que hacía dos días el perro de un vecino, que acostumbraba a beber en la fuente, se había muerto. 'Llevaba unos meses enfermo y el veterinario le había recetado antibiótico, pero finalmente murió', relatan. Sin olvidar, que alguno de ellos padeció en las últimas semanas dolores de estómago y episodios de gastroenteritis.
La Guardia Civil trasladó la alerta sanitaria al Concello, dado que si se determina que sufren un intoxicación estarían ante un importante problema de salud pública.
Los agentes también procedieron a acordonar el lugar para proceder al secado de la mina del manantial e inspeccionarlo a fondo. No en vano, aparecieron restos de un animal muerto (posiblemente una oveja) flotando en el agua.
Los vecinos se organizaron entre sí por la noche para bajar a la ciudad en taxis. Al cierre de esta edición, aún no habían pasado ningún examen médico a la espera de que presentasen sintomatología.
Y la preocupación en miedo cuando comenzaron a recordar que hacía dos días el perro de un vecino, que acostumbraba a beber en la fuente, se había muerto. 'Llevaba unos meses enfermo y el veterinario le había recetado antibiótico, pero finalmente murió', relatan. Sin olvidar, que alguno de ellos padeció en las últimas semanas dolores de estómago y episodios de gastroenteritis.
La Guardia Civil trasladó la alerta sanitaria al Concello, dado que si se determina que sufren un intoxicación estarían ante un importante problema de salud pública.
Los agentes también procedieron a acordonar el lugar para proceder al secado de la mina del manantial e inspeccionarlo a fondo. No en vano, aparecieron restos de un animal muerto (posiblemente una oveja) flotando en el agua.
Los vecinos se organizaron entre sí por la noche para bajar a la ciudad en taxis. Al cierre de esta edición, aún no habían pasado ningún examen médico a la espera de que presentasen sintomatología.
