El jurado popular que enjuició durante dos intensas sesiones en la Audiencia de Ourense a Manuel Mouriño Faria (30 años), el único inculpado por la muerte de la joven vianesa Monserrat Martínez Fernández en abril de 2001, lo declaró ayer culpable de un delito de homicidio doloso.
El veredicto del tribunal estima probado que Mouriño Faria se dirigió junto con la víctima el día 14 de ese mes, de madrugada, desde el pub Gothan al parque Cabo da Vila de Viana. Allí, recalca el jurado, 'sin que consten motivos y con ánimo de matarla', la golpeó, lo que provocó que cayese al suelo, se diese contra un banco de piedra y comenzase a sangrar.
No obstante, el acusado, 'en lugar de socorrer a Monserrat, aún con vida', la arrastró por el suelo y la arrojó por un terraplén de cuatro metros de desnivel, impactando de nuevo contra un saliente de piedra. La actuación del encausado no terminó ahí. Según el tribunal popular, condujo el cuerpo de la joven hasta un lugar de vegetación frondosa en el que lo escondió, falleciendo Montse 'por un traumatismo craneoencefálico grave'. El jurado apuntaló la implicación del acusado apreciando las 'contradicciones de su declaración' (referidas a la hora de su llegada a casa en la noche de autos), así como a que la pruebas forenses desmontan su versión. En este sentido, el informe de autopsia no halló explicación que concordara con la versión del acusado (la chica se cayó tras un empujón) para las cinco contusiones que presentaba la cabeza de la víctima.
Por último, apreció que los hechos que le atribuye al encausado no son constitutivos de un delito de asesinato o de un homicidio imprudente y aseguró que 'la prueba documental fue contundente' para emitir el veredicto de culpabilidad.
No obstante, el acusado, 'en lugar de socorrer a Monserrat, aún con vida', la arrastró por el suelo y la arrojó por un terraplén de cuatro metros de desnivel, impactando de nuevo contra un saliente de piedra. La actuación del encausado no terminó ahí. Según el tribunal popular, condujo el cuerpo de la joven hasta un lugar de vegetación frondosa en el que lo escondió, falleciendo Montse 'por un traumatismo craneoencefálico grave'. El jurado apuntaló la implicación del acusado apreciando las 'contradicciones de su declaración' (referidas a la hora de su llegada a casa en la noche de autos), así como a que la pruebas forenses desmontan su versión. En este sentido, el informe de autopsia no halló explicación que concordara con la versión del acusado (la chica se cayó tras un empujón) para las cinco contusiones que presentaba la cabeza de la víctima.
Por último, apreció que los hechos que le atribuye al encausado no son constitutivos de un delito de asesinato o de un homicidio imprudente y aseguró que 'la prueba documental fue contundente' para emitir el veredicto de culpabilidad.
