Valdeorras continúa sufriendo una situación que ya es crónica: la incomunicación. Trasladarse a Ourense o cualquier otra ciudad gallega se convierte en una auténtica odisea. Dentro de la comunidad autónoma, la urbe más próxima es la capital provincial. Sin embargo, el trayecto por carretera requiere una gran inversión de tiempo. En el mejor de los casos y en las circunstancias óptimas, el tiempo que requiere este viaje ronda los 85 minutos, es decir, casi hora y media.
Este lapso es lo que tarda un conductor en recorrer la carretera N-120 entre la ciudad y la comarca oriental. El vial, construido en el último cuarto del siglo XX y cuyo último tramo fue inaugurado en 1993, presenta múltiples deficiencias en el firme. Otro de los problemas de la infraestructura es el rodeo que supone su paso por Monforte. El trazado alarga la ruta hasta los 110 kilómetros, cuando en línea recta apenas son 70.
A la postre, en la última década se suprimieron diversos tramos de adelantamiento. En sentido Ourense, es imposible dejar atrás un vehículo lento desde el alto da Guítara (Lugo) hasta la entrada de la ciudad. A la inversa sucede algo parecido, aunque a partir de Os Peares sí se puede adelantar. Eso sí, en un tramo sinuoso y complicado por estar lleno de curvas. El Gobierno prevé, en todo caso, la adición de un tercer carril entre la ciudad y la frontera provincial, aunque de momento no existen fechas concretas. El coste de la obra sería de unos 5,8 millones de euros.Todas estas circunstancias extienden el tiempo de viaje entre dos zonas clave de la provincia. De hecho, los relojes de quienes deben cubrir el trayecto sufren aún más que antaño, después de la reducción del límite de velocidad a 90 km/h y la mencionada supresión de tramos para adelantar.
Poca mejora
Pese a que el tiempo de viaje ronda los 85 minutos por la N-120, encontrarse un vehículo lento supone una pérdida de tiempo que le resta competitividad a este trayecto, ya de por sí obsoleto. La ruta antigua incluye las carreteras OU-636 y OU-536, la antigua N-120, un trazado todavía más obsoleto. El sinuoso recorrido entre O Barco y A Pobra de Trives data de finales del siglo XIX y sigue una vía diseñada por los romanos.
La actual N-120 apenas recorta 20 minutos al trazado por Trives y Caldelas. El ahorro, pese a las notables diferencias entre ambos viales, todavía se recorta más si la salida es desde los polígonos de la ciudad, en vez de desde el centro.
Existe otra alternativa para viajar entre la ciudad y Valdeorras: ir por la A-52 hasta A Gudiña y allí tomar la OU-533 hasta A Rúa. El trayecto exige alrededor de dos horas, lo que lo descarta para el uso habitual. La cuestión está en la distancia. Aunque supone un largo rodeo (son 168 kilómetros) apenas se tarda media hora más que el trayecto más usado, la N-120. Una muestra de que las comunicaciones entre la capital y la tercera comarca más poblada de la provincia continúan en un segundo plano político.
La carretera decimonónica, más rápida que ir en tren
Las curvas de la carretera entre Trives y A Rúa, la OU-636, son un auténtico quebradero de cabeza para los conductores que la deben recorrer a diario. No obstante, dirigirse a Ourense en coche por este camino incluso supone un ahorro de tiempo respecto al ferrocarril. El viaje en tren supone unos 122 minutos (dos horas y dos minutos) en el caso del Regional, y algo menos en el caso de los Alvia.
La situación es aún más difícil teniendo en cuenta el corte de la vía entre Monforte y Ourense. El motivo son las obras de mejora en este tramo, algo que sí podría redundar en una mejora de tiempos. En todo caso, el fin de los trabajos estaba previsto para este verano, aunque ahora el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias lo sitúa para finales de año. La demora se debe, según explicaron desde la gestora ferroviaria, a la ampliación de las actuaciones para adaptar la vía a los estándares del Corredor Atlántico.
