La calidad es buena, pero el tiempo de las próximas semanas será determinante para las cosechas

Los viñedos de las denominaciones presentan un gran retraso de maduración y menos uva

 Grandes racimos de uvas cuelgan en un viñedo ubicado en la comarca de O Ribeiro. (Foto:  Miguel Angel)
Un notable retraso de maduración y merma de cantidad con respecto a lo habitual, aunque no hay problemas sanitarios y la calidad se prevé buena. Es la situación de las denominaciones vinícolas ourensanas, en las que viven pendientes del tiempo: necesitan calor, aunque alguna lluvia no vendría mal. Debido al retraso, no todos los consellos tienen clara la cantidad que recogerán, aunque podría rondar los 26 millones de kilos (el año pasado fueron 25 millones, pero los anteriores sobrepasaron ampliamente los 30).
Los viticultores ourensanos viven estos días pendientes del tiempo, para que la cosecha llegue a su punto óptimo en buenas condiciones. ‘Estamos no punto onde o tempo é determinante: necesita calor para madurar, pero se chove algo non importa’, señala Ana López, técnica del Consello Regulador de la Ribeira Sacra. En todo caso, la tormenta del pasado viernes no ha afectado significativamente a las denominaciones ourensanas, ya que en algunas no llovió o lo hizo con poca intensidad, aunque en la Ribeira Sacra sí se registraron lluvias fuertes y en Monterrei cayó algo de pedrisco, aunque pequeño, y no hay constancia de daños.

La campaña de este año se caracteriza por el retraso en la maduración, según coinciden los técnicos de las denominaciones. Y también hay una merma en la cantidad debido al proceso de floración, por una primavera lluviosa y más fría de lo habitual. ‘Ó chover tanto, nalgúns casos a flor caeu e volveu a saír’, añade Ana López. Sin embargo, en los cuatro consellos reguladores coindicen en que no hubo problemas sanitarios relevantes. Además, la calidad se prevé buena ya que, al ser menor la cantidad, ‘a pranta ten máis capacidade para alimentar o froito’, según sostiene el director técnico de O Ribeiro, Pablo Vidal.

En O Ribeiro prevén que la cosecha de uva ronde los 14 millones de kilos, algo más que el año pasado -en el que recogieron 12 millones-, pero todavía alejados de la media de la denomiación -18 millones-. El retraso en la maduración motiva que no esté fijado aún el inicio de la vendimia, que dependerá del tiempo de las próximas semanas, aunque lo normal es que comience entre el 15 y 25 de septiembre.

En Valdeorras, hay ya alguna bodega que podría vendimiar la próxima semana, dependiendo del tiempo, pero en otros viñedos aún están mas retrasados ‘y necesitarían un poco de agua para dar el estirón’, según el técnico del consello, Jorge Mazaira. En esta denominación detectan alguna reducción importante en algunas variedades, como godello, y estiman que recogerán entre 5 o 5,5 millones de kilos de uva, cuando un año normal la cosecha ronda los 6,5 millones.

En la Ribeira Sacra señalan que aún es pronto para realizar previsiones sobre la cantidad que prevén recoger (normalmente ronda los cinco millones de kilos), aunque la cifra varía según lo que el viticultor se queda para autoconsumo. ‘Nalgúns casos vese menos cantidade que outros anos, pero depende da zona e da parcela’, señala Ana López. El inicio de vendimia -normalmente en torno al 20 de septiembre- se desconoce aún.

Monterrei también detecta una merma de cantidad, sobre todo en algunas variedades, aunque confían en poder alcanzar la cifra de años anteriores, 1,4 millones de kilos. El secretario del consello regulador, José Manuel Fernández, explica que la vendimia comienza habitualmente la primera mitad de septiembre, pero este año aún no tiene fecha.

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