Los voluntarios que rompen con prejuicios: "Son exemplos de vida"

La Confederación Galega de Persoas con Discapacidade Cogami inició el año con la campaña "12 chaves da inclusión". Para conmemorar su 30 aniversario comenzó esta iniciativa que, cada mes, se dedica a uno de los derechos que les asisten: "Tocamos unha ducia de temáticas cruciais para a normalización da vida das persoas con discapacidade", explica Mónica Limia, coordinadora de Cogami en Ourense. Agosto es el turno de reconocer a aquellos que entregan su tiempo en favor de esta meta, los voluntarios, compuestos en un 80% por personas con alguna discapacidad. Entre ellas se encuentran María de los Ángeles Sousa y Pilar Armada. La conmemoración en este mes de la labor de estas personas tiene un claro motivo, y se remonta a los inicios de Cogami hace treinta años. "No noso comezo o voluntariado foi imprescindible para chegar á estructura de traballadores profesionais que agora temos", destaca Limia. Los motivos en aquel momento pasaban por gente "empática" que decidía colaborar u otras con algún allegado con algún tipo de necesidad. "O obxectivo último estaba orientado a normalizar unha situación vital", recalca Limia. Algunos de los que cedieron su tiempo año como un gesto altruista, hoy se dedican profesionalmente a una de las tareas que facilitan la vida de las personas con discapacidad. Limia define estas colaboraciones como el "punto de partida para servizos dos que dispoñemos nestes momentos". El acompañamiento a las personas con discapacidad, la sensibilización y concienciación sobre ellos y la formación básica especializada en materia de voluntariado son algunos de esos servicios. Cambio de tendencia Los roles se han invertido con el paso de los años, poniendo a las propias personas con alguna discapacidad como principales voluntarios en Cogami. "Cada vez son máis participativos na toma de decisións sobre a súa vida, polo que se implican neste sentido", señala Limia. Entre sus colaboradores están María de los Ángeles Sousa y Pilar Armada, quienes están dispuestas para todo lo que se precise. Su principal tarea, la de concienciar y sensibilizar a los más jóvenes con visitas a los colegios. "Son exemplos de vida e rompen cos prexuizos e barreiras sobre que son persoas dependentes para todo", resalta Limia. Tener una discapacidad y ser voluntario es un "valor engadido", con el que reflejan su autonomía pese a las limitaciones. La fortaleza para vencer los obstáculos y mostrar su realidad a personas que no conviven con una discapacidad, su meta en esta práctica: "Moitos nenos sorpréndense nos talleres que fan nos colexios polas capacidades que teñen, xa que a idea preconcebida é de que precisan de alguén para todo", expresa Limia. Para seguir su ejemplo de lucha, nada mejor que hacerse voluntario. Testimonios María de los Ángeles Sousa: "Es algo que no se paga con dinero" La vida cambió para María de los Ángeles Sousa a los 18 años, dando su realidad un giro inesperado. Desde entonces no para adaptándose a las nuevas circunstancias que la rodean, participando activamente en entidades como Cogami. En ella no actúa sola no y, acompaña a Pilar Armada, se suma a los talleres de concienciación y sensibilización para los más pequeños en los centros educativos: "Les hablamos de la situación de la discapacidad, que es lo que nosotros vivimos, para que lo conozcan", comenta. Los niños avispados lanzan sus cuestiones y conocen una forma de vivir a través de la discapacidad, que no tiene que ser un impedimento: "Es algo que me encanta mostrarles", destaca. Sousa forma parte de ese 80% de voluntarios con alguna discapacidad que ofrecen su tiempo para fomentar su inclusión y luchar contra las barreras de las ideas preconcebidas por parte de la opinión pública. "Yo, para que todo lo necesiten en pro de los demás, me ofrezco", apunta. La lucha por una mejor accesibilidad en la ciudad para las personas con movilidad reducida, es una de ellas. "Todavía tenemos muchos problemas en cajeros o entradas de algunos comercios. Hasta las propias aceras son un obstáculo para nosotros a la hora de bajarlas", explica. A la sociedad le recomienda colaborar y tiene claro el por qué: "Hoy por ti mañana por mí, nunca se sabe cuando vas a necesitar una mano para lo que sea", expresa Sousa. Cada mañana se plantea buenas acciones para llevar a cabo y, ayudar a cualquier persona, es algo gratificante para ella: "Es una satisfacción que no se paga con dinero", comenta. Pilar Armada: “É algo moi gratificante" Pilar Armada no conoce otra forma de vida que no sea su silla de ruedas, fue diagnosticada a los siete meses de vida, pero ese no le impide mantener su independencia dentro de lo posible en sus rutinas. Desde hace años no dudó en colaborar como voluntaria con Cogami, algo de los que disfruta cada vez que puede: "Levo moito tempo con elles e, cando me chaman para algo e teño tempo, eu apúntome", cuenta. Esta relación colaborativa se centra principalmente en la visita a los centros escolares, donde conciencian y sensibilizan a los niños sobre las personas con discapacidad en un relato en primera persona. "Falolle da miña vida, do activa que estou, porque vivo soa e trato de facer todo o que podo eu", explica. Con su experiencia sobre los hombros hace un llamamiento para que más personas se impliquen con el voluntariado, en cualquier entidad o en la propia Cogami: "Hai que promocionalo para que máis xente se implique, a pandemia non nos pode frear", pide. Su caso es de una gran implicación por su condición: "Eu teño unha discapacidad, pero non o vexo así porque é a realidade que coñezo", comenta. La recomendación para aquellos que plantean sumarse, que "proben porque é algo moi gratificante". La pandemia frena sus ganas de participar en actividades, algo que desea recuperar pronto. "Facíamos moitas cousas, pero agora todo parou", lamenta. Pese a ello sigue con su vida dentro de las restricciones del covid-19, reivindicando siempre: "Temos moitos problemas de accesibilidade e incluso o estado dalgunhas rúas, que pode ser perigoso para todas as persoas", indica.