Tras un complejo proceso de selección, 90 ourensanos vuelven a acudir diariamente a trabajar

‘Vuelvo a sentirme útil’

Trabajadores del Plan de emerxencia contra o paro, en el Campo da Feira. (Foto: Xesús Fariñas)
Solucionar una situación económicamente crítica y restablecer la dignidad y la autoestima de las personas desempleadas. Bajo estas dos premisas se concibió el ‘Plan de emerxencia contra o paro’ del Concello de Ourense, dado empleo a 90 personas. No se descarta repetir la convocatoria una vez finalice ésta, dentro de seis meses.
Vivir con 5.000 euros al año significa cobrar apenas 400 cada mes. De ahí, toca hacer malabarismos para pagar el alquiler, facturas y la subsistencia básica (alimentación, higiene y ropa). Si a esta complicada ecuación se le añade el factor hijos en edad escolar, el resultado arroja una situación desesperante para la mera superviviencia diaria.

Casos como éste abundan, y mucho, en la ciudad. Así quedaron plasmados en las 431 solicitudes que optaban a los 90 puestos de trabajo ofertados por el Concello dentro del ‘Plan de emerxencia contra o paro’. Una iniciativa pionera en la ciudad de auxilio social que ha contribuido a oxigenar el panorama económico de casi un centenar de familias que vivían al borde de la asfixia. Ahora, durante seis meses, percibirán 1.415 euros brutos más una paga extra, suficiente para subsistir y para hacer lo que hace mucho tiempo que estaba, desgraciadamente, en desuso: el ahorro.

El proceso de selección fue arduo y harto complicado. En juego estaba ayudar a los solicitantes más necesitados. Por un lado, se perseguía inyectar una renta económica. Por el otro, restablecer una dignidad y autoestima seriamente dañadas por los meses y meses sin lograr un empleo.

Situaciones dramáticas


Fuentes municipales del proceso de selección relatan que la mayoría de casos eran realmente dramáticos: rentas no superiores a los 5.000 euros (algunas tampoco superaban los 3.000), todos los miembros de la unidad familiar en paro desde hace dos años y, en demasiadas ocasiones, hijos pequeños a los que alimentar, educar y ver crecer. ‘A veces resulta increíble pensar que cuatro o cinco personas puedan subsistir así’, relatan en el Concello. Al margen de pequeños trabajos de la economía sumergida, el carácter rural de la provincia también contribuía a suavizar en lo posible una cruda realidad. Recurrir a los abuelos del pueblo, donde abastecerse de productos de primera necesidad, es algo muy habitual entre la mayoría de quienes solicitaron el empleo en el Concello.

La iniciativa de buscar acomodo laboral en los diferentes servicios de obras y limpieza municipales, nació al amparo de la saneada situación económica del Concello, uno de los menos endeudados de Galicia y con un remanente de tesorería estimado en unos 12 millones de euros. ‘El gobierno municipal entendió que era mejor invertir sus fondos en quienes más lo necesitan que tenerlo a plazo fijo en el banco’, relatan las mismas fuentes que ejecutaron el proceso de selección.

Ahora, quedan por delante seis meses en los que hay que cumplir horarios y acudir puntualmente a la cita con las brigadas. ‘No te imaginas lo maravilloso que es madrugar cada día para ir a trabajar. Vuelvo a sentirme útil’, comenta uno de los 90 contratados esta semana que prefiere no dar su nombre. La ilusión también se palpa a raudales, tal y como se traduce de las palabras de una mujer de 39 años que ahora se ocupa de los jardines de la zona termal: ‘Nunca había cogido una desbrozadora, pero todo se aprende en esta vida’.

‘Con 400 euros no puedes estrenar ropa’


María Teresa Domínguez, 44 años, dos hijos de seis y nueve años y en paro desde hace tres años. Diplomada en Magisterio por Educación Infantil y con un máster en Asistencia Social, además de dar clases durante una década, nunca le hizo ascos a cualquier otro trabajo -’A unos no nos amarga trabajar en lo que sea aunque seamos titulados universitarios, algo que le pasa a mucha gente’, dice-, por lo que estuvo empleada también en la hostelería. Subsitía con la ayuda familiar, de apenas 400 euros, tirando además de los ahorros. ‘Dios aprieta pero no ahoga’, señala ante una situación que le impedía ciertos ‘lujos’ como estrenar ropa, por ejemplo, o vivir de forma independiente, ya que hasta ahora residía con sus padres. Con su nuevo empleo en el área termal, María Teresa se confiesa ‘absolutamente encantada, muy, muy feliz’. El trabajo, dice, es gratificante por el buen ambiente con sus compañeros, aunque el despertador suene a las seis de la mañana. ‘Lo único que quería era trabajar y demostrar que puedo hacerlo’, dice, mientras piensa ahora en conciliar la vida familiar y laboral, buscando a quien pueda cuidar de sus hijos por las mañanas.

‘Aprendí a manejar una desbrozadora’

Separada y con tres hijos a su cargo. A sus 39 años, M.S.M. (prefiere no dar su nombre completo) llevaba dos y medio en el paro, después de una década desempeñando su profesión de forma ininterrumplida en la misma empresa como auxiliar de enfermería. Con los únicos ingresos del subsidio de desempleo, la situación comenzaba a ser desesperante.

Ahora ha cambiado la atención sanitaria por la jardinería al aire libre en espacios públicos. Destinada en el área termal, se encarga de limpiar maleza, desbrozar y adecentar una de las zonas más visitadas y admiradas de la ciudad. ‘Nunca había cogido una desbrozadora, pero de todo se aprende’, explica. De hecho, se deshace en elogios hacia sus compañeros de brigada y hacia el capataz: ‘Son gente muy amable que tienen mucha paciencia para enseñar a los que no sabemos. Estoy realmente encantada, pues el ambiente es francamente bueno y se disfruta mucho con este trabajo’, asegura. De hecho, no titubea a la hora de afirmar que por el mismo sueldo ‘si me diesen a escoger entre lo mío, que es la Sanidad, o esto, escogería sin dudar lo segundo’.

‘El concepto ‘vacaciones’ no existe’


‘En Ourense he estado en los últimos años lo que percibía en A Coruña hace 16 años’. Es una de las conclusiones de José Luis Pérez Carral a la hora de relatar el panorama laboral actual, que lo ha mantenido en el paro durante dos años. A sus 37 años, ha estado subsistiendo con su mujer y sus dos niñas pequeñas con apenas 600 euros. Hasta entonces, desarrolló su profesión principalmente como conductor de camiones ‘y algo de todo’.

El concepto de ‘vacaciones’ es algo que no existe en este universo familiar y el mero hecho de una invitación a una ceremonia, como es el caso de una Pri mera Comunión, es un factor desencadenante de un grave desequilibrio en el presupuesto familiar. De no ser por su contratación ahora en el Concello, José Luis pensaba dejarlo todo y marcharse fuera de la provincia a buscar sustento. Además de la situación económica, la enfermedad coronaria de su hija menor le obliga a desplazarse a A Coruña con cierta periodicidad, lo que conlleva gasto en gasolina, comida e incluso alojamiento. El Sergas, que antes le sufragaba estos viajes, ahora no lo hace porque considera que son ‘revisiones’.

90 beneficiarios de 431 solicitudes


Noventa vecinos de Ourense que se encontraban en situación de desempleo y tenían agotadas sus prestaciones del paro han obtenido un trabajo en el Concello gracias al ‘Plan de emerxencia contra o paro’ pionero en Ourense para ayudar a las personas más afectadas por la crisis económica, creado por un empeño personal del alcalde.

A la convocatoria pública se presentaron 431 solicitudes dentro de plazo y siete fuera de él. En una primera fase se seleccionaron a los 36 primeros beneficiarios con la situación más extrema: sin prestación de desempleo en los últimos 18 meses y miembros de unidades familiares en las que ninguno de sus integrantes percibía renta alguna. Los 56 restantes fueron seleccionados en una segunda fase, siendo personas con ingresos familiares inferiores a los 15.000 euros anuales.

Los 90 trabajadores han sido contratados en la modalidad de contrato de obra o servicio determinado y tendrán una duración de seis meses. Estarán dedicados a obras de restauración ambiental, áreas naturales, miradores y fuentes públicas del rural, reparación de mobiliario urbano, sistemas de protección peatonal y de riego de jardines, reparación de desperfectos en instalaciones deportivas y atención a las áreas termales.







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