Avanza el proyecto de sustitución de la actual estación de autobuses -que se trasladará al barrio de A Ponte- por una nueva residencia de la tercera edad. La Xunta ha anunciado que contratará en febrero la demolición del edificio y el acondicionamiento de la parcela, y que las obras durarán cuatro meses y comenzarán en verano, una vez que se haya acabado la construcción de la nueva -y polémica- estación.
La inversión prevista para las obras ronda los 650.000 euros, y su objetivo es dejar el solar despejado para que comience la construcción de la residencia. El futuro centro público tendrá 120 plazas, dará trabajo a 110 personas y costará 12 millones de euros, aportados por la Fundación Amancio Ortega.
Los trabajos en la actual estación de autobuses comenzarán desmontando el mobiliario, la carpintería, la fontanería y el resto de instalaciones; seguirán con el desmontado de los distintos elementos y se procederá a la demolición de tabiques, pavimentos y revestimientos. No se prevén detonaciones ni voladuras, y se utilizarán retroexcavadoras y grúas móviles.
La nueva residencia de mayores
El centro público de atención integral a personas mayores dispondrá de 120 plazas residenciales y -según adelanta la Xunta- contará "con equipamiento de vanguardia", como unidades psicogeriátricas, especializadas en Alzhéimer y otras demencias.