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El aromático mentastro

El mentastro, con sus rugosas hojas.
photo_camera El mentastro, con sus rugosas hojas.

Galicia es una reserva de plantas aromáticas y medicinales. Una de ellas y muy abundante es el mentastro o mastranzo, científicamente designado como Mentha suaveolens o rotundifolia o macrostachya. Se trata de una planta herbácea, rústica, perenne, de crecimiento rápido, originaria de Europa, perteneciente al género Mentha y a la familia de las Lamiáceas, que coloniza preferentemente suelos con cierto grado de humedad y ricos en nitrógeno. Algunos la consideran como una planta invasora. También se le conoce como menta brava, menta de burro o menta sapera, entre otros muchos. Además, en gallego se llama menta de can, mentrastres, matapulgas. Este último nombre lo descubrí en uno de los mesones en los que pernoctamos durante el Camino hacia Santiago, pues, debido a su fuerte olor, la usaban para repeler las pulgas de los rudimentarios camastros hechos de paja y hojas de maíz.

El mentastro tiene un tallo erecto, cuadrangular y peloso, y más bien leñoso en su parte inferior. Sus hojas son opuestas, rugosas, ovales o redondeadas, pelosas y de margen aserrado, de color verde intenso en la parte superior y más blanquecino en la inferior. A veces podemos encontrar una variedad de esta menta con los márgenes de las hojas blancos. Florece desde la primavera al otoño. Sus flores, de color blanco o rosado, se presentan en espigas densas en los extremos de las ramas. Tiene un olor fuerte y agradable, parecido a una mezcla de hierbabuena y manzana; de hecho, también se le conoce como menta manzana. Sus semillas son muy pequeñas y marrones. En la medicina popular las hojas son utilizadas por sus propiedades calmantes, antisépticas, carminativas, expectorantes y digestivas, aunque en dosis elevadas puede tener efectos tóxicos. También son blanqueadoras de los dientes. También se usa en cosmética. De las hojas se extrae un aceite esencial empleado en aromaterapia y para tratar gripes, asma y refriados. Este aceite, que contiene mentol, se elabora fácilmente lavando bien las hojas y dejándolas reposar en cualquier bebida que posea un alto grado alcohólico durante unas dos semanas. Pasado ese tiempo se cuela el líquido y se congela, logrando así separar el alcohol del aceite, el cual se guardará en un recipiente de vidrio oscuro que, conservado en la nevera, se puede utilizar durante unos cuantos meses. Su uso está totalmente prohibido para las embarazadas.

Como ya dije el otro día, el mentastro es muy útil como remedio al alcance de la mano para aliviar los picores producidos por las ortigas e insectos, restregándolas en las partes afectadas. Sus hojas y sus flores pueden usarse para hacer tisanas o para aromatizar bebidas, salsas o ensaladas.

Etimológicamente su nombre proviene del griego “Mintha” que era el nombre de una ninfa de la cual, por su extraordinaria belleza, estaba enamorado Plutón, el dios del inframundo. Su mujer, Proserpina, movida por los celos, para vengarse de la infidelidad de su marido la transformó en la planta que lleva su nombre. Plutón, no pudiendo devolverla a la vida en su estado anterior, le regaló el característico perfume que tiene y al que hace referencia el adjetivo suaveolens, del latín “suavis”, debido al suave y delicado aroma que emana.

Además de este tipo de menta, existen otras muchas especies y variedades, algunas más conocidas por su uso que otras, y todas ellas ocupan un lugar destacado en la vida de muchas personas, bien con fines gastronómicos que medicinales o aromáticos. Así la Mentha piperita muy usada en cocina en las sopas, salsas, para cocinar cordero o rellenos; también para la elaboración de dulces y chicles o para decorar platos o bebidas y licores como el “mojito”; la Mentha spicata o hierbabuena usada en la elaboración de chocolates, helados y caramelos; la Mentha pulegium o poleo, más conocida como menta poleo, la cual además de sus conocidas funciones digestivas es vasodilatadora, eficaz para la respiración y la relajación muscular; la Mentha acuatica o hierbabuena de agua; la Mentha longifolia o menta de asiática, ampliamente utilizada en medicina; la Mentha arvensis o menta japonesa con alto contenido de mentol y otros principios activos recomendados para la tos; usada también en gastronomía y cosmética para elaborar perfumes; la Mentha australis o menta australiana, etc.

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