Durante el embarazo se experimentan muchos cambios en los que la alimentación juega un papel muy importante.
La alimentación en esta etapa debe planificarse y adecuarse a esos cambios físicos y fisiológicos, con el fin de satisfacer las necesidades nutricionales de la madre y del bebé, y también a las del coste de la producción de la leche materna.
Por esta razón, en la mayoría de los casos, las futuras mamás y las lactantes deben consumir más calorías que las mujeres no gestantes. Se estima un aporte extra de energía diaria de entre 250 y 300 kcal durante la segunda mitad del embarazo (básicamente aportadas por el aumento de leche y productos lácteos).
En general, para planificar una dieta saludable durante el embarazo, hay que tener en cuenta una serie de pautas clave:
1. REALIZAR DE 4 A 5 COMIDAS AL DÍA
Es recomendable repartir los alimentos en 4 o 5 tomas para procurar digestiones más ligeras. Se puede comenzar tomando un desayuno completo con un buen aporte calórico (lácteos, frutas y cereales), continuar con una comida no muy abundante, una merienda ligera, una cena temprana (puedes tomar una pieza de fruta o un lácteo antes de acostarte)
2. AUMENTAR EL CONSUMO DE FRUTAS Y HORTALIZAS
Para cubrir la mayor necesidad de vitaminas y minerales que tiene el organismo en esta etapa.
3. COMER PESCADO DE 3-4 VECES A LA SEMANA
(Principalmente pescado azul), ya que aporta ácidos grasos omega-3 y otros nutrientes esenciales, necesarios para el buen desarrollo del feto.
4. MANTENERSE HIDRATADO
Bebiendo diariamente de 8 a 10 vasos de agua e incluyendo en el menú alimentos acuosos (sopas, caldos, gelatinas, etc).
5. COMER CON MODERACIÓN
Sobre todo las comidas elaboradas en fritura, así como los productos alimenticios demasiado grasos o azucarados.
6.- MODERAR EL CONSUMO DE SAL
Alimentos a evitar durante el embarazo
- Peces de gran tamaño (pez espada, tiburón, atún rojo, lucio..).
- Huevos, pescados y carnes crudas o poco hechas.
- Leche cruda y quesos frescos o de pasta blanda (Brie, Camembert, tipo Burgos o quesos latinos, mozzarella y quesos azules) si en la etiqueta no dice que estén hechos con leche pasteurizada.
- Frutas y hortalizas crudas que no se hayan pelado o lavado y desinfectado previamente incluyendo ensaladas embolsadas y las consumidas fuera de casa.
- Brotes crudos (soja, alfalfa...).
Envíe sus dudas a :[email protected]